Llamamos perros rebeldes a aquellos que se comportan con formas inapropiadas, estas entre otras suelen ser: romper objetos, destruir muebles, morder zapatos, falta de atención, rebeldía ante las reglas, ladridos constantes y en casos más severos las muestras de agresividad, todo ello suele venir de una mala definición de educación, frustración por soledad y falta de retos físicos.
Los perros rebeldes suelen tener una gran cantidad de energía que necesita ser dirigida por el dueño, ellos se encuentran de alguna forma dentro de un encierro de ansiedad y frustración, si no encontramos solución pueden llegar al estado de agresividad, representando un serio peligro para los de su propia especie y los humanos, incluida la familia que los acoge.
La energía del perro debe ser bien gastada, recordemos que ellos son animales fuertes y requieren ejercitar, además dependiendo de la raza ellos nacen para ciertos trabajos que generalmente no se pueden ofrecer. A todo ello recurre al ejercicio, el paseo es el inicio del tratamiento, los juegos de correr lo complementan, el perro necesita quemar energías y eliminar así todo rastro de ansiedad.
El ejercicio debe tomarse con naturalidad, él debe además interactuar con otros animales pues recuerda que en su ADN nació para seguir y vivir en manadas. Si luego del tiempo el perro a pesar de hacer ejercicio a diario sigue siendo rebelde o enfocado en comportarse con sobreexcitación, entonces piensa en reeducarlo con apoyo de un adiestrador de perros.
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