El hecho se registró en el poblado de San José de Metán, en la provincia norteña de Salta, cuando Luisa Fernández se presentó en una comisaría para denunciar y pedir la detención del gavilán por la muerte de su loro, llamado Pedrito.
Los policías tomaron la curiosa denuncia y la derivaron a la fiscalía número uno de Metán, a cargo de Sergio Castellanos, quien archivó las actuaciones, precisó el periódico Página/12.
"Pedrito no volaba, solamente caminaba o daba saltitos de un palito a otro, de un hombro a otro, de la mesa al respaldo de la silla, pero no volaba", declaró la denunciante en su presentación.
La mujer ofreció incluso dos testigos y pidió que se cite al propietario del gavilán, pero sus insólitos argumentos no convencieron al fiscal, detalló el diario salteño El Tribuno.
Disconforme ante la decisión de Castellanos, Fernández envió una nota a las autoridades judiciales para aportar nuevas pruebas.
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