“En relación con su tamaño, este ciclo migratorio es uno de los más largos que se haya observado para alguna ave en el mundo”, estima la investigación publicada el martes en la revista Biology Letters de la Academia de Ciencias británica.
Se sabía que estos pequeños pájaros insectívoros se reproducen en el norte de Canadá y en Alaska, y migran hacia diferentes regiones de África. Pero hasta antes del estudio los científicos ignoraban con precisión si todos seguían la misma ruta y si los diferentes grupos de collalbas grises (Oenanthe oenanthe) se mezclaban entre sí.
Con la utilización de sistemas de seguimiento miniaturizados de sólo 1,2 gramos, biólogos canadienses y alemanes pudieron finalmente monitorear el trayecto de algunas de estas aves durante varios meses.
Pruebas
Los científicos equiparon a 30 de estas pequeñas aves con minúsculos arneses con balizas en las montañas de Alaska y otras 16 en la isla de Baffin, situada en la costa ártica oriental de Canadá, del otro lado del continente.
Aunque sólo cinco de los 30 pájaros de Alaska equipados en 2009 regresaron al año siguiente, el análisis del detector, que registraba dos veces por día la luz solar, mostró que pasaron el invierno en África del Este, en Sudán, Uganda y Kenia. Durante el otoño los pájaros sobrevolaron el norte de Rusia y Kazajistán, y atravesaron luego el desierto de Arabia. Un viaje de unos 14.600 km que les llevó unos 90 días en promedio.
En la primavera siguiente, los pájaros siguieron la misma ruta migratoria en sentido inverso, en sólo 55 días.
En tanto, los 16 pájaros marcados en el este de Canadá en 2010 recorrieron los 3.400 km que separan la isla de Baffin de las islas británicas en sólo cuatro días, a una velocidad promedio de 850 km por día, señala el estudio.
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