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jueves, 18 de diciembre de 2014

Nueve de 10 animales silvestres mueren antes de ser vendidos



Según datos de la Sociedad Protectora de Animales de Tarija (SPAT), nueve de cada diez animales que son capturados para su comercialización, mueren en el trayecto de traslado hacia los lugares de mercadeo.

Es decir, el 90 por ciento de los animales que son extraídos de su hábitat, mueren antes de ser vendidos. Los que logran sobrevivir quedan condenados por la humanidad a que su existencia transcurra en una jaula, frecuentemente encadenados o con las alas cortadas. La única manera para que salgan de ese lugar es la muerte.
En ese sentido, Gonzalo Torres, el presidente de SPAT, argumentó que el tráfico de animales silvestres es la segunda causa para la extinción de especies. La primera constituye la destrucción del hábitat, por lo general cuando se hace caminos y desmontes para el aprovechamiento de la tierra.
Asimismo, indicó que en Tarija se trafica principalmente los animales coloridos, tal es el caso de las cotorras, loros y parabas, especies amenazadas por la extinción.
La directora de Biodiversidad de la Gobernación de Tarija, Betsabé Herrera, manifestó que los animales más vulnerables dentro del departamento son las cotorras, loros y monos. Señaló que varios operativos ejemplares de estas especies fueron rescatados porque la ley no permite su tenencia.
La autoridad informó que en los cuatro operativos realizados en 2014 se logró decomisar alrededor de 30 loritas que pretendían ser comercializadas. Los lugares de venta son aquellos donde se concentra “mucha” gente, mercados y ferias, pero especialmente el Mercado Campesino.
Además, explicó que el daño a estos animales es “casi” irreversible, ya que en cautiverio se vuelven dependientes, es decir, que hay que cuidarlos y darles de comer. Al ser sacados de su habitad incluso antes de su nacimiento (en huevos), éstos se olvidan de cómo sobrevivir. “En el caso de las aves no pueden ni siquiera volar”, comentó.
En lo referido a los monos, Herrera dijo que, debido a las condiciones en las que viven, no les permiten desarrollar sus necesidades fisiológicas, lo cual, provoca que se estresen y se vuelvan agresivos.
Señaló que ésa es una de las principales razones por las que los individuos que los tienen como mascotas deciden deshacerse de los simios, y los llevan hasta la dirección de biodiversidad, para que personal de ese ente puedan atenderlos y de alguna manera llevarlos o readaptarlos a en su hábitat.
Por otro lado, Torres indicó que en este año se logró la captura de un yacaré (pequeño) que fue abandonado en inmediaciones del Mercado Negro. “Al parecer los que le tenían en cautiverio se percataron de que estaba enfermo, y prefirieron dejarlo. Este animal estaba con hipotermia, y por mas esfuerzo que hicimos, no pudimos salvarlo”, relató.
La Ley1333 de Medio Ambiente, en su Artículo 111, prohíbe la tenencia y penaliza la comercialización de animales silvestres. También se aplican los decretos Supremos Nº 22641 (de Veda General Indefinida) y Nº 25458 (Veda Modificada). Sin embargo, diversas denuncias señalan que el comercio de fauna silvestre es algo cotidiano y pasa delante de los ojos de las autoridades nacionales y departamentales.
Esto se puede evidenciar en las entradas universitarias, los carnavales y fiestas similares, ya que los bailarines ostentan pieles enteras de jaguares, plumas de parabas, y caparazones de quirquinchos, en diversos bailes.

Primer caso judicial por contravención a la Ley 133

La directora de Biodiversidad de la Gobernación de Tarija, Betsabé Herrera, comunicó que en el departamento se registró el primer caso en el que se llegó hasta instancias judiciales por la tenencia de animales silvestres.
Comunicó que se trata de una persona de la tercera edad a quien se sentenció a dos años de prisión, ya que tenía en cautiverio a una serpiente boa. Aclaró que no estaba a la venta, pero que sí era utilizada para la atracción de personas para comercializar productos naturales.

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