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jueves, 4 de diciembre de 2014

Video Lágrimas de las tortugas amazónicas proveen un néctar que nutre a mariposas y abejas

Es común ver en las orillas o islotes de cualquier río amazónico, como el Acre, enjambres de mariposas revoloteando sobre las cabezas de las tortugas acuáticas, y muchas veces también se ven abejas en similar acoso. Sucede que los insectos son atraídos por las lágrimas de las tortugas, que beben como un néctar irresistible.

La atracción que ejercen los lacrimales de las tortugas de río especialmente sobre las mariposas, es un fenómeno que se sólo se puede admirar en la Amazonia occidental. No hay espectáculo similar en ninguna otra parte del mundo.

La clave del misterio es que en esta región del planeta alejada de los mares existe una carencia de sal, y por tanto de sodio, que es un nutriente fundamental en el metabolismo de los insectos.

Las mariposas son insectos herbívoros. Sin embargo en su dieta carece de algunos minerales como el sodio, por lo que evolucionaron aprendiendo a resolver esta carencia de una forma bastante extraña: bebiendo de las lágrimas de tortugas.

Phil Torres, un biólogo del centro de Investigación de Tambopata, en Perú, explicó a la revista LiveScience que para conseguir su dosis de sodio, un mineral vital, “las mariposas de la selva tropical del Amazonas se acercan a las tortugas que lloran y absorben, por su trompa, el sodio de sus lágrimas”.

Una solución simbiótica

El interior de la selva amazónica, a más de 1.500 kilómetros del océano Atlántico (la principal fuente de sal), es una de las regiones de la Tierra con menos contenido de sodio y mayor biodiversidad. El sodio es un elemento que escasea en la Amazonia. Las tortugas no tienen problemas para obtenerlo debido a que son carnívoras. Los hervíboros, y entre ellos las mariposas, ocasionalmente pueden sufrir la escasez de sodio.

Una fuente posible son los ojos de las tortugas. Otras son la orina y el sudor de otros animales, el agua estancada o la ropa sudada (como han observado los biólogos). Además, no se descarta que las lágrimas contengan otros preciados nutrientes, que enriquezcan la dieta de los insectos.

Asimismo se constata a simple vista que las abejas también aprovechan las lágrimas de las tortugas, posiblemente por las mismas razones de las mariposas.

Las tortugas se mantienen pasivas y hasta complacientes con la acción de las mariposas bebiendo las sustancias lacrimales, pasividad que los biólogos estiman se debe a que las mariposas ayudan a las tortugas a limpiar sus ojos. La reacción es diferente ante las abejas.

Phil Torres cree que “aunque las mariposas no les hacen ningún daño, algunas tortugas se hartan de tener tantas mariposas en la cara, pero las que realmente las molestan son las abejas, probablemente por el sonido que producen sus alas”.

Hasta el momento no hay ninguna otra explicación acerca este curioso fenómeno, no se ha podido estudiar lo suficiente debido a que no se ha observado en ninguna otra parte del mundo.

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