Una comisión reunida por el Ministerio de Cultura aceptó la solicitud enviada por el ONCT, basada en los requisitos de la Unesco, y su aprobación “constituye el reconocimiento institucional del valor cultural de la tauromaquia”, según un comunicado del Observatorio.
Esta inscripción, tal y como destaca la nota, corrobora en términos científicos y culturales la legislación gala que desde hace tiempo legaliza las corridas en las regiones donde existe una tradición local ininterrumpida, y consagra la excepción cultural que conduce a la ley a descartar su prohibición en esas zonas.
El expediente presentado por el ONCT destacaba que las corridas “reflejan la sensibilidad específica de cada uno de los pueblos y comunidades que la comparten, que pertenecen a las artes del espectáculo y que constituyen el núcleo de numerosas fiestas locales”.
El Observatorio señalaba también que “en su organización y desarrollo la Fiesta está basada en el respeto que los ganaderos, toreros y aficionados sienten por el toro durante su lidia y su cría”, y consideraba que la conservación de la riqueza ecológica de los espacios en los que habitan “está condicionada por la supervivencia de la corrida”.
Las corridas se introdujeron en Francia en el siglo XIX y permanecen vigentes en cuatro regiones del sur: Aquitania, Medios Pirineos, el Languedoc-Roussillon y en Provenza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario