Se calcula que en La Paz hay una población canina de 140 mil, mientras que en El Alto llegarían a 250 mil. De acuerdo a los informes, en el departamento de La Paz la población canina bordearía los 455 mil.
“En La Paz y El Alto, el 80% son perros vagabundos y los que tienen dueño no superan el 20%”, afirma Susana del Carpio, presidenta de Animales SOS, quien también expresa su preocupación por el crecimiento de la población canina.
“No tienen ningún cobijo y no llegan a vivir ni dos años en la calle porque enfrentan peligros constantes. La mayoría mueren congelados, atropellados y, en el peor de los casos, envenenados”, sostiene la defensora de los derechos de los animales.
Diana Aguilera, responsable departamental de zoonosis, explica que “los datos son aproximaciones de la campaña antirrábica del pasado año, en la que se comprobó que hay una alta tasa de canes que están distribuidos por toda la ciudad”.
Sufrimiento
Esa abandonada población canina sobrevive a la intemperie, entre el viento, lluvias y maltrato. En un mundo que se olvidó de ellos, cada noche miles de perros buscan cobijo en algún rincón de las calles, plazas, puentes y basurales de La Paz y El Alto.
Reunidos en grupos de cuatro, cinco... diez, o más, estos animales intentan calentarse uno a otro para mitigar un frío que cala sus huesos. En una madrugada en El Alto, el frío puede marcar hasta 3,4 grados bajo cero, según el Senamhi.
“En esta esquina (José María Asín y Héroes del Pacífico) se ve a grupos de perros que duermen cerca del poste, me da mucha pena porque de repente llueve y no tienen dónde ir”, relata Julia Ticona, funcionaria de limpieza de la empresa Sabempe, que es testigo, noche a noche, de la dura vida que les toca vivir a estos animales.
Esta mujer, sólo una semana atrás tuvo que recoger, en plena lluvia, a un cachorro que sangraba debido a un corte en la pata derecha.
En un recorrido nocturno realizado en zonas como la Garita de Lima, Cementerio, Los Andes, Munaypata y Villa Armonía, Página Siete comprobó esta dura realidad.
“Es lamentable que cientos de perros no tengan hogar y estén caminando o durmiendo en las veredas y lo peor es que a nadie le extraña, es como si fuera una situación normal. Las autoridades a lo sumo se encargan de vacunarlos contra la rabia”, señala Gabriela Chino, una vecina de la zona Los Andes.
Cobijo de SOS
En su albergue, animales SOS recibe diariamente de 15 a 20 animales, entre perros y gatos.
Casi todos llegan en condiciones críticas. Unos porque fueron atropellados, otros porque fueron víctimas de algún tipo de crueldad y muchos ya moribundos porque fueron envenenados.
“Sólo tenemos capacidad para 200 animales y no podemos cobijar a todos los que llegan”, señala Del Carpio.
Según la directora de Animales SOS, pese a que varias organizaciones capacitan constantemente a la población acerca del cuidado de los animales, esta labor no ha tenido aún buenos resultados.
En los basurales
La labor del Centro Municipal de Zoonosis, ubicado en la zona San Antonio, se centra en el rastrillaje y captura, los días lunes, martes y miércoles, de canes en los basurales de la ciudad.
“El carro sale a buscar perros del basurero, que son portadores seguros de enfermedades. Lo hacemos en los seis distritos de la urbe”, sostiene el responsable de la entidad, Héctor Mencias. Zoonosis captura un promedio de 25 canes cada día, y cada semana se sacrifica a los animales que no fueron dados en adopción o que no fueron reconocidos por sus dueños.
Para las autoridades de salud, “los perros callejeros son un problema de salud pública”, y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen más de 260 zoonosis o enfermedades que pueden trasmitir los animales a los seres humanos.
Los perros vagabundos son portadores de enfermedades virales y bacterianas graves, entre las que destaca la hidrofobia, o mal de rabia.
455.675
perros hay en el departamento de La Paz, según la dirección de zoonosis de la ciudad.
Como una forma de paliar este problema, Del Carpio promovió en 2010 el proyecto “impuestos para animales”, que proponía cobrar a las familias una tasa de entre 10 a 100 bolivianos por cada perro que críen. Según la norma, también los vendedores de mascotas deberías pagar este tributo.
“Con esta medida, la gente pensaría dos veces antes de tener un animal en su casa, puesto que al adquirir uno, debe también ser responsable por su bienestar”, señala la activista.
La propuesta está acompañada de un programa de esterilización y castración para animales, medida que reduciría la población canina. El proyecto contempla deshacerse de los perros que no tengan dueño. Aunque, según Del Carpio esta medida ocasionaría una “matanza” los primeros años, es la apropiada para frenar el crecimiento descontrolado de la población canina.
La iniciativa aún se encuentra en manos de las autoridades correspondientes en la Alcaldía de La Paz.
La realidad canina en las ciudades
# Cálculo En la urbe paceña hay más de 140 mil perros, y 250 mil en El Alto. A nivel departamental son aproximadamente 455 mil.
# Censo En Bolivia no se realiza un censo de canes, sólo se obtienen datos epidemiológicos de las campañas de vacunación antirrábica y un estimado de la población.
# Realidad Las veredas, parques y basurales sirven de cobijo para cientos de animales vagabundos. Es un problema que aún no tiene solución.
# Tasa Animales SOS propuso un proyecto para cobrar un impuesto de entre diez y 100 bolivianos a los propietarios de perros.
# Frío Estos animales sobreviven alimentándose en las calles y basurales, y soportan temperaturas muy bajas de hasta 3,4 grados bajo cero.
# Enfermedades Las zoonosis (enfermedades que pueden transmitir los animales a los seres humanos) son causadas por virus, bacterias, parásitos y hongos; algunas son excepcionales como la peste o la rabia.
# Contagio La vía de transmisión de produce, generalmente, por contacto directo o por la vía fecal-oral, es decir, a través de tocar los alimentos contaminados o a través del contacto con las heces en las plazas y luego llevarse la mano a la boca.
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