El Ministerio de Medio Ambiente revelará los detalles del plan la semana que viene, pero se espera que la especie sea declarada "amenazada" en el sur de Queensland y "vulnerable" en algunas zonas de Nueva Gales del Sur, ambos estados en el este del país.
La medida ha sido calificada de insuficiente por el partido de Los Verdes y la Fundación del Koala Australiano, quienes piden una mayor protección del koala, que estuvo a punto de desaparecer a principios del siglo XX por la caza para hacerse con su piel.
El ministro australiano de Medio Ambiente, Tony Burke, indicó que sus planes se basan en las recomendaciones del Comité Científico de Especies Protegidas para delimitar las áreas donde las poblaciones del animal son estables o están en declive, según el diario "Sydney Morning Herald". "Sabemos que los koalas están bajo presión en algunas partes de Australia y son abundantes en otras.
Pero no puedo proveer de una calificación de especie protegida para toda Australia cuando en algunos sitios su número permanece alto", manifestó Burke.
Los grupos ecologistas sospechan que el Gobierno será menos exigente en las áreas donde hay intereses del sector del carbón y el gas, ya que la declaración de "especie amenazada" dificultará el desarrollo de infraestructuras.
Denuncian que los koalas de Gunnedah, conocida como la "capital de los koalas" en Nueva Gales del Sur, no serán considerados "amenazados", a pesar de que su población ha descendido un 75 por ciento desde 1993 cuando su número llegaba a los 15.000.
"Es especialmente preocupante que las poblaciones de koalas de Gunnedah queden fueran de la lista de especies amenazadas, cuando proyectos de carbón amenazan con destruir su frágil hábitat", dijo Naomi Hogan, portavoz del grupo Wilderness Society.
Los cálculos más pesimistas sitúan el número de koalas en estado salvaje en unos 100.000, aunque su número continúa decreciendo principalmente a causa de la pérdida de hábitat y la enfermedad de la clamidia.
Esta bacteria, contra la que los científicos investigan una vacuna, produce lesiones en los genitales y los ojos de los koalas causándoles infertilidad y ceguera y los consume lentamente hasta la muerte.
Todavía hay muchas incógnitas sobre cómo comenzaron a contraer los koalas esta enfermedad, pero se cree que fue introducida por una oveja que llegó con los primeros colonos europeos o que estuvo presente siempre y comenzó a propagarse con rapidez en los últimos 200 años.
La clamidia, que ataca a varias especies de animales, se transmite entre la población de koalas durante el alumbramiento, la copulación o en peleas.
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