Se trata de Hanna, una perra de raza pastor danés. Todavía es un cachorro, tiene un año y seis meses de edad, es de color negro y su pelaje liso brilla con la luz. Si bien puede ser confundida con cualquier mascota, no es una de ellas. Tiene la responsabilidad de proteger la vida del actual Presidente venezolano. Su misión es la de detectar artefactos explosivos.
Cualquier daño a la integridad del mandatario fue evitado el 4 de julio en Cochabamba durante la reunión de los presidentes y representantes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). En la oportunidad redactaron una declaratoria en la que exigieron explicaciones y disculpas públicas a los gobiernos de Francia, Italia, Portugal y España por impedir el sobrevuelo del avión del presidente boliviano Evo Morales en su viaje de retorno de la Federación de Rusia hacia Bolivia, el pasado 2 de julio.
Ya entrada la noche se la ve por el jardín del hotel Cochabamba, se encuentra en la zona VIP (Very Important Persons) a la que accede sólo el cuerpo diplomático de los diez países visitantes y los mandatarios de Ecuador, Argentina, Uruguay, Venezuela, Surinam y el anfitrión de Bolivia, Evo Morales.
El ajetreo es intenso en el principal escenario del evento internacional. Todos los fotógrafos y camarógrafos ocupan su lugar para sacar la mejor toma de la “Foto de la Familia” y los periodistas son conducidos a la sala de prensa.
Cerca del hall, donde descansan las comitivas, Hanna está recostada en el pasillo junto a su entrenador. Ha sido educada durante seis meses y es acostumbrada a volar en el avión presidencial por todo el mundo.
Desde que el mandatario fue posesionado, en abril, Hanna lo acompaña en todos los viajes que realiza. Hasta ahora la fiel guardiana todavía no ha identificado ningún arma letal, a diferencia de su antecesor, Stop del equipo de seguridad de Hugo Chávez.
Stop, es un perro de raza golden retriever. Según fuentes cercanas al Gobierno venezolano en varias oportunidades detectó equipos explosivos que tuvieron que ser desactivados.
LISTA Hanna está bien entrenada y por eso viaja en la sección de pasajeros, junto al presidente Maduro. Jamás se ha indispuesto en un vuelo, pese a diferencias topográficas, climáticas o de altura. Está educada para que coma una sola vez al día, pero bebe agua las veces que puede.
“Sit”, es la orden que recibe para permanecer en su lugar y así facilitar el paso a la comitiva de Argentina, encabezada por la presidenta Cristina Fernández.
Después, repentinamente el gentío se dirige al salón principal del hotel. Los mandatarios comunicarán al mundo su pronunciamiento. La lectura de la Declaración de Cochabamba, que es leída por el canciller boliviano, David Choquehuanca, da fin al encuentro.
El personal de seguridad guía a sus diferentes representaciones a la salida. Allí les esperan los vehículos para trasladarlos al aeropuerto internacional. Los gritos y las sirenas se apoderan del lugar. Toma cerca de diez minutos que el área quede despejada.
Hanna, la fiel guardiana de Maduro, también se ha retirado, pero como a su llegada, tampoco se pudo percibir en qué momento lo hizo. Además de su collar y correa, ella tiene incorporado un chip y cuenta con su certificado de pedigrí que acredita su raza.
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