Dos biólogos que la registraron señalan que su sola presencia revaloriza los bosques de nuestro país. Hay reportes de que existe una nueva especie de delfín, otra de mono y otra de roedor
Javier Méndez Vedia - jmendez@eldeber.com.bo
El año pasado, la revista Journal of Mammalogy difundía una noticia impactante: se descubrió en Brasil una nueva especie de tapir o anta. Se trataba de un tapir enano. De pronto, el mapa de los tapires, ya conocidos desde 1865, se enriqueció. A las tres especies que existen en Centro y Sudamérica y a la única que hay en el sureste asiático, se sumó la encontrada en el país vecino.
Lo importante es que también está en Bolivia. Los biólogos Vincent A. Voss y Huáscar Bustillos anotan que en Brasil la nueva especie de anta es conocida como ‘pretinha’ (negrita), mientras que la anta común es conocida como ‘anta-açu’ (anta grande).
Los estudiosos verificaron que Tapirus kabomani, el tapir enano, es conocido en Bolivia como ‘anta negra’, ‘anta chica’ o ‘anta pata de burro’, en contraste con el anta común (Tapirus terrestris), que también es llamada ‘anta grande’ o ‘anta de pata chica’. Este nombre “resalta la importancia de la diferencia en tamaño de patas, y por ende las huellas de las antas, ya que estas constituyen los principales indicios de su presencia, tanto para los pobladores como para los biólogos”, dicen.
Conocida por los lugareños
Tanto Voss como Bustillos registraron estos nombres comunes hace más de diez años. “El descubrimiento de la nueva anta nos debe abrir los ojos, y nos obliga a reanalizar las descripciones de los pobladores locales en cuanto a la biodiversidad de la región”.
Ambos dicen que se deben tomar más en serio los reportes locales y analizar la posibilidad de la existencia de una segunda especie de bufeo o delfín en aguas bolivianas (probablemente Sotalia fluviatilis), la posible existencia de una nueva especie de mono tití o mono leoncito (Saguinus sp.) de color pajizo, y nuevos roedores conocidos como jochis (Dasyprocta sp), aves y otros vertebrados aún no conocidos por la ciencia o desconocidos dentro del territorio boliviano.
La presencia de este tapir revaloriza la riqueza amazónica boliviana. Puede convertirse en lo que los conservacionistas llaman ‘especie bandera’
Un fósil de tapir da luces del clima
Resulta intrigante para los paleontólogos haber descubierto restos fósiles de un tapir temprano en la Columbia Británica (Canadá). Vivió a principios del Eoceno, hace 52 millones de años.
“En Canadá, los únicos sitios donde hay mamíferos de esta época están en el Ártico, por lo que estos fósiles de Columbia Británica ayudan a llenar una brecha geográfica significativa”, dice Natalia Rybczynski, del Museo Canadiense de la Naturaleza.
El yacimiento se llama Driftwood Canyon Provincial Parkthat, que probablemente era un ambiente de selva durante el Eoceno temprano. El tapir de esa época (Heptodon) tenía la mitad del tamaño de los actuales (parecido a T. kabomani). Se alimentaba de hojas. Junto a un erizo (Silvacola acares), es el primer mamífero encontrado en el lugar.
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