El perro es para muchos el mejor amigo del hombre y también puede llegar a sentir celos como éste, según un estudio divulgado por investigadores este miércoles en Estados Unidos, que parece demostrar que este sentimiento está vinculado con el instinto de supervivencia.
La investigación, realizada con una muestra de 36 perros de razas muy distintas, consistió en hacer jugar a un dueño con tres objetos diferentes y a medir las reacciones del animal.
Cuando el dueño simulaba jugar con un objeto con forma de perro capaz de ladrar y mover la cola, suscitó muchas más reacciones que cuando el experimento se hacía con uno de los otros dos objetos.
Se observó que los perros solicitaban dos veces más a sus dueños cuando éstos simulaban jugar con un perro de mentira (78%) que cuando la persona jugaba con una linterna con forma de calabaza (42%) o leía en voz alta un libro musical (22%).
Un 30% de los animales también intentó interponerse entre el perro de peluche y su dueño y una cuarta parte tuvo gestos agresivos hacia el juguete.
"Nuestro estudio parece mostrar no sólo que los perros tienen un comportamiento que podría hacer pensar en celos, sino también que intentaron quebrar la relación entre el dueño y el (falso) animal rival", destaca Christine Harris, quien publicó este estudio en la revista PLOS ONE con su colega Caroline Prouvost, también de la Universidad de California San Diego.
"Parece que éstos (los perros) fueron motivados por la voluntad de proteger un vínculo social importante para ellos", añadió.
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