Es muy poco habitual que te preocupes por la salud dental de tu perro, pero la base para el buen estado de tu fiel amigo reside, precisamente, en la zona bucal.
Uno de los problemas que se manifiesta con más recurrencia es la inflamación periodontal, es decir, el enrojecimiento e incremento de la sensibilidad de las encías.
En la mayoría de las mascotas empieza cuando se produce la acumulación de sarro o placa dental y deriva en una gingivitis. Como sucede con los humanos, ésta se puede complicar con la retracción e infección de las encías lo cual puede llevar a la pérdida de dientes o muelas.
Otro problema que puede presentarse es la fractura de piezas dentales, producida ya sea por darles objetos duros para jugar o, lo que suele suceder, por roer huesos, explica la veterinaria Gloria Rodrigo.
La experta sugiere acostumbrarlos desde cachorros a limpiarles los dientes, por lo menos dos veces por semana. Igual de importante es una buena alimentación (balanceada y nada de azúcares) y someterlos a controles periódicos.
Como en el mundo de las mascotas los fabricantes han pensado en todo, existen productos que puedes usar para la limpieza de sus dientes y que no son dañinos para su salud, como por ejemplo soluciones a base de clorhexidina, o simplemente utilizar agua con bicarbonato de sodio.
Eliana Alcoba, veterinaria, recomienda asear la boca de tu fiel amigo —al principio— con una gasa envuelta alrededor del dedo, con el que se frota suavemente sobre los dientes y encías; posteriormente se realiza el mismo procedimiento, al menos dos veces por semana, con un cepillo y pasta especiales para perros. Este método es puramente preventivo y normalmente lo que se consigue es retrasar la aparición del sarro, dice.
Además advierte que la comida casera y la que viene en latas se acumulan con mayor facilidad sobre los dientes, produciendo más sarro.
Ambas profesionales coinciden en que es importante que te percates de si tu mascota tiene mal aliento; si es así debes llevarlo a un veterinario para que lo evalúe, ya que puede ser alerta de algún mal en su salud.
Fuentes, veterinarias: Gloria Rodrigo y Eliana Alcoba.
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