Los cetáceos fueron descubiertos en la localidad de Hokota, en Ibaraki, a 100 kilómetros de Tokio.
Algunos socorristas, con cubos de agua, intentaban evitar que su piel se secara mientras otros trataban de devolverlos al mar empujándolos hacia la orilla, pero la corriente los devolvía a la playa.
Varios animales presentaban profundas heridas. Otros, ya muertos, fueron enterrados por los residentes. El Ayuntamiento no pudo proporcionar ningún balance. "Normalmente, uno o dos cetáceos se quedan varados cada año, pero esta es quizá la primera vez que encontramos a más de 100 en la playa", dijo un guardacostas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario