Según el proyecto, los parques marinos cubrirán una superficie de 3,1 millones de kilómetros cuadrados, que equivalen a un tercio de las aguas territoriales australianas.
“Es momento de que el planeta inicie una nueva etapa en la protección de los océanos. Y Australia está en la vanguardia de esa etapa”, dijo Tony Burke, ministro de Medio Ambiente (foto), quien se apresta a participar de la Cumbre de la ONU Río+20, en Río de Janeiro, con la viceministra Julia Gillard.
Especies. El número de reservas pasará de 27 a 60, reforzando así la protección de numerosos animales como la ballena azul, la tortuga verde, los raros tiburones-toro y los dugongos (mamífero marino hervíboro), todas ellas especies amenazadas de extinción.
Las actividades de las compañías petroleras y gasíferas serán limitadas, pero zonas enteras a lo largo del estado de Australia Occidental, donde los grupos petroleros Shell y Woodside Petroleum acaban de conseguir nuevas licencias, permanecerán abiertos a las operaciones.
La creación de esta red de parques tendrá un impacto significativo para la pesca comercial, que deberá recibir aproximadamente $us 100 millones de compensación, de acuerdo con el proyecto presentado por el Gobierno.
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