En la actualidad, gracias a los avances en nutrición y en medicina veterinaria y al mayor conocimiento de los dueños sobre los cuidados para mantener la salud, nuestras mascotas viven muchos años. Así surge una rama de la medicina veterinaria dedicada a tratar los problemas de los animales ancianos. La vejez es un proceso biológico complejo que resulta en una progresiva reducción de la capacidad de un gato o un perro para mantener su equilibrio interno y manejar el estrés ambiental externo (por ej. cambios bruscos de temperatura). Esto resulta en la aparición de enfermedades o afecciones degenerativas varias.
En el caso de los gatos la edad en la que comienzan a aparecer los problemas relacionados con la vejez es entre los 8 y 10 años. A partir de esta edad conviene realizar un chequeo anual con el veterinario si todo está bien. Este puede incluir análisis de sangre y alguna radiografía, ecografía o electrocardiograma si el médico tiene alguna sospecha.
Por otro lado es muy importante la prevención que los dueños pueden hacer en su casa. Muchas enfermedades geriátricas se pueden detectar en forma temprana si sabes observar a tu gato y registrar algunos cambios asociados con ellas:
Obesidad: este es un problema muy común, ya que olvidamos que nuestro gato se ha vuelto más sedentario y seguimos dándole la misma dieta y en la misma cantidad que antes. El exceso de peso predispone a problemas como la diabetes, enfermedades del hígado o páncreas y dificultad para moverse.
Problemas cardiovasculares: los primeros signos de insuficiencia cardíaca son agitación durante el ejercicio, tos (especialmente nocturna), pérdida de apetito y de peso. En algunos casos puedes sentir una alteración del ritmo de los latidos cuando colocas una mano bajo el pecho de tu gato.
Problemas renales: en gatos de más de 15 años hay un 30% de casos de insuficiencia renal. Los signos clínicos incluyen aumento de la cantidad de orina y de la sed, con una orina diluida. Más adelante se nota pérdida del apetito, náuseas, vómitos, aliento urinoso característico y úlceras en la mucosa de la boca.
Diabetes: esta enfermedad se produce por agotamiento del páncreas. El gato se nota decaído, está sediento y orina mucho, tiene su apetito aumentado, pero si bien come mucho, adelgaza porque su cuerpo no es capaz de absorber los azúcares en los alimentos.
Problemas gastrointestinales: debes prestar atención a la materia fecal de tu mascota. En los gatos ancianos son frecuentes tanto las diarreas como la constipación por diversos desórdenes que prolongan el tránsito intestinal. Las diarreas pueden ser permanentes o intermitentes, pero en ambos casos debes consultar a un veterinario. Una artrosis de la columna puede hacer que un gato no consiga adoptar la posición para defecar por el dolor que lo produce.
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