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jueves, 17 de enero de 2013

Buena comida y un juguete bastan

De pronto te das cuenta de que a tu perro le huele mal la boca. ¡Alerta! No descuides al mimado de la casa y programa una cita con el veterinario, pues puede tratarse de acumulación de sarro o hasta gingivitis (inflamación de las encías).

Los perros y los gatos necesitan los mismos cuidados en sus bocas. Cuando quieres revisarles los dientes, ellos corren despavoridos apenas tratas de tocarles el hocico o te rascan, por ello, un especialista te ayudará a saber cuál es el estado de la dentadura de tu amigo.

Comida y juguetes

“Lo importante es darle una buena comida balanceada, eso mantiene sus dientes sanos y duros, además de un juguete que esté recomendado por el especialista”, explica la veterinaria Marisa Alcoreza. En el mercado existen huesos, pollos, pelotas, donas y todo tipo de accesorios para entretener a tu perro y fortalecer sus colmillos.

El caso de los gatos es diferente. “Ellos sólo necesitan un buen alimento, lo del juguete no es necesario porque raro es el felino al que se le da por mascar cosas, eso es signo de estrés”, agrega.

Los cachorros caninos y felinos mudan dientes entre el tercer a sexto mes, esos que conocemos como dientes de leche, y luego salen los permanentes, a los que hay que cuidar. “Fredo tiene dos meses y me muerde y muerde todo lo que encuentra a su paso, hasta la pared, ya no sé qué hacer”, cuenta afligido Ronald Aliaga. Un truco, para esos casos, según Alcoreza, es “tener un rociador de agua, de esos que se usa para planchar ropa. Cuando el perrito esté a punto de morder algo, hay que tirarle un chorrito, así se lo va disciplinando, porque se asusta”. Sin embargo, cuando veas que eso no funciona, quizás debas emplear otro método; es muy posible que tu cachorro necesite gastar su energía.

Ahora bien, cuando se trata de un perro adulto, hay que revisar si presenta acumulación de sarro y revisarle los dientes. Hay que verificar que no estén muy gastados, porque en ese caso es posible que necesiten una extracción y medicación.

“Las bacterias que forman parte de la placa bacteriana pueden producir abscesos dolorosos, problemas oculares, la caída de los dientes y lo que es aún más grave: infecciones de las válvulas del corazón, dando lugar a problemas cardíacos muy serios”, explica vetersalud.com.

Rara vez los animales se quejan de dolor y suele ser muy tarde cuando percibes que algo anda mal, por ello es mejor prevenir. Por eso, Alcoreza recomienda hacer una revisión bucal cada seis meses.

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