La investigación de la Universidad de Adelaida contradice la creencia generalizada que vincula la desaparición del tigre de Tasmania con una enfermedad, según un comunicado de esa institución académica.
El tigre de Tasmania era un marsupial que poblaba gran parte del territorio de la isla de Tasmania, en el sur de Australia, antes de la colonización europea en 1803.
La población de este carnívoro menguó cuando, entre 1886 y 1909, el gobierno de Tasmania alentó su caza con recompensas por cada 2.000 ejemplares capturados hasta que en 1933 fue capturado el último de estos animales.
"Muchas personas creen que esa recompensa por la caza de estos animales no causó su extinción y se culpa de ello a una enfermedad epidémica desconocida", dijo Thomas Prowse, investigador de la Escuela de Ciencias de la Tierra y el Ambiente.
Para probar su teoría, los investigadores utilizaron un modelo matemático para evaluar si la presencia de los colonos europeos había provocado la extinción del marsupial, sin la influencia de alguna enfermedad.
"(El modelo) simuló los efectos directos de la recompensa por la caza, la pérdida del hábitat y los efectos indirectos de la reducción de las presas del tigre (canguros y wallabies) debido a los cultivos y a la competición por los alimentos con millones de ovejas que fueron introducidas al territorio", dijo Prowse.
"El impacto negativo de la colonización europea fue lo suficientemente poderosa, incluso sin la ayuda de una enfermedad epidémica, para acabar con la especie", añadió el responsable de la investigación en la que también participó la Universidad de Tasmania y la Sociedad Zoológica de Chicago.
El tigre de Tasmania, llamado así por las franjas que cruzaban su lomo, se asemejaba a un perro de gran tamaño, de pelaje corto, que podía llegar a medir hasta 1,2 metros de largo, con una cola larga y rígida de hasta 65 centímetros.
El año pasado, otro estudio reveló que el dingo o perro salvaje australiano fue responsable de la desaparición hace unos 3.000 años del tigre de Tasmania del territorio continental de Australia.
Los Thylacines desaparecieron unos 500 años después de la llegada de los dingos (Canis lupus dingo) a Australia, aunque sobrevivieron en la sureña isla de Tasmania hasta su total extinción en 1936.
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