Este sinnúmero de mascotas es preocupante desde dos puntos de vista: el de la salud pública y el humanitario.
En el primer caso, los perros callejeros pueden transmitir enfermedades zoonóticas, pudiendo afectar la salud de los humanos; esparcir la basura, unirse en jaurías para lograr la sobrevivencia.
En el segundo, es realmente triste ver a tantos perros sufriendo condiciones difíciles, como la falta de alimento y abrigo, expuestos a que los atropellen y al maltrato.
EL ORIGEN DEL
PROBLEMA
La inexistencia de políticas públicas ha generado la falta de educación y la irresponsabilidad en la gente, como gran ejemplo: la gran mayoría de los animales que están en las calles tienen dueños, que los dejan deambular y no les importa lo que les pase o hagan.
LA SOLUCIÓN
Durante años los especialistas, médicos veterinarios encargados del tema han insistido que la solución al problema no es la eliminación masiva o la recolección y hacinamiento (“perreras”).
LA ESTERILIZACIÓN: UNA BUENA OPCIÓN
La naturaleza se encarga de llenar los espacios vacios o “nichos” ecológicos, es decir que si se eliminan los residentes de un lugar o su función, ésta será rápidamente colonizada por otros que cumplan la función o por aquellas especies que se mantenían bajo ellos en la cadena trófica.
Está del todo comprobado que la esterilización a temprana edad es la mejor alternativa para las hembras, tanto para su salud, como para controlar la población.
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