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jueves, 6 de marzo de 2014

Ciudades acosadas por invasiones animales

Cuando hablamos del reino animal, si utilizamos la palabra acosar, lo normal es que nos refiramos a alguna especie en protección que está siendo "acosada" o aniquilada por la mano del hombre o por cualquier otra especie depredadora. Pero el caso de Adís Abeba, capital de Etiopía no es el único en el que se giran las tornas.

En Estes Park, ciudad de Colorado, cada verano una peculiar plaga invade la ciudad. Se trata de manadas de alces de gran tamaño que en verano, cuando están en época de celo, se pasean por la localidad creando el pánico y el desconcierto entre sus habitantes.

Como se aprecia en las imágenes, estos astados animales campan a sus anchas entre carreteras, comercios y vecinos de la localidad, la Policía intenta mantener el orden pese a la presencia de los alces, que lejos de asustarse, se pasean por las avenidas con una naturalidad pasmosa.

Turistas y curiosos aprovechan para sacar sus cámaras y grabar o hacer fotos estos momentos, que aunque no sean iguales que en Parque Jurásico, sí que plantean novedad y situaciones emocionantes a sus vecinos.

Los más valientes se arriesgan a acercarse a menos de un metro de estos animales para que la calidad de sus fotografías sea máxima, y alguno no se libra de un buen susto.

El drama de Fukushima no se redujo sólo a la emisión de agentes radiactivos que escaparon de la central, sino que algunos cerdos, jabalíes y mapaches llegaron a invadir cuatro localidades que fueron abandonadas por los humanos, debido a su cercanía a la planta nuclear nipona.

Según pudo reportar la agencia EFE, las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente japonesas elaboraron un plan para reducir estas poblaciones de los animales que se han establecido en estas cuatro localidades.

El Viejo Continente no se libra de estas peculiares invasiones, y en París, a finales de enero de 2014, se contabilizaron unos ocho millones de ratas en la ‘ciudad de la luz’, es decir entre tres y cuatro roedores por habitante. La visita de estos roedores no es algo nuevo en las grandes ciudades, ya que en todas los grandes municipios, se cuentan por millones los integrantes de estas ‘hordas’, que ya se han cobrado más muertes en personas que las guerras en la historia de la humanidad.

El experto en roedores Julien Arouze, advierte que debido a la mutación de genes aparecen ratas y ratones que se alimentan de tóxicos. "De momento el mejor raticida es el anticoagulante que provoca hemorragias internas, a base de sustancias como brodifacoum, dos veces más tóxicas que las habituales.

Cruzamos el Atlántico y nos plantamos en Chile, donde el descontrol por los números que alcanza la población canina preocupa a la población y a sus dirigentes. El hecho de que estas invasiones no estén reguladas implica que pueda haber mordeduras y ataques de animales a la población.

Muchos ciudadanos culpan a las blandas leyes del país de esta plaga que apareció en septiembre de 2013 en ciudades como Antofagasta, Viña del Mar, Calama, La Serena, Santiago o Talca.

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