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domingo, 9 de marzo de 2014

Con Bs 2,4 MM, el gobierno edil construye una fosa para pumas



El puma andino es solitario y, a diferencia de los grandes felinos, no ruge y emite sonidos similares al ronroneo de un gato. Su comportamiento podrá ser apreciado de cerca sin daño gracias a la fosa que se construye en el zoo de La Paz.

El nuevo hogar —en el que el gobierno municipal invertirá Bs 2,4 millones— tiene capacidad para albergar a seis ejemplares. Se halla a la derecha del ingreso al zoológico municipal Vesty Pakos y ocupa 500 metros cuadrados.

“La fosa de los pumas es una obra importante para el zoológico. Vamos a dar un mejor espacio a la población de seis pumas que tenemos actualmente.Son felinos mayores que requieren un espacio amplio para poder desarrollar sus actividades rutinarias”, explicó la administradora del zoo, Mariana Daza von Boeck.

La familia está compuesta por una sola hembra, Coba, de siete años, y seis machos: Carmelo, de dos años; Wayna, de cuatro; Younger, de siete; Rolo, de nueve, y Papillón, de 15. Estos carnívoros pueden vivir hasta 20 años.

Albergue. El primero y el último felino fueron rescatados de manos de traficantes de animales; los cuatro restantes nacieron en cautiverio. Carmelo, Wayna, Coba y Younger actualmente viven en la fosa de felinos, con los leones y los jaguares, en un espacio de 200 metros cuadrados, donde existen árboles y plantas. Todos estos ejemplares solamente pueden apreciarse desde lejos.

Los tres machos del grupo fueron esterilizados para evitar su reproducción y daños genéticos a su descendencia, ya que todos son de la misma familia.

Los dos últimos, Rolo y Papillón, que son adultos, habitan en jaulas de 87 metros cuadrados cada una, las cuales no son aptas para los animales de ese tamaño y están muy cerca del público.

“Ellos se estresan con los visitantes, porque éstos abusan del contacto tan cercano que tienen con los pumas en los ambientes pequeños. Les tiran piedras, huesos, les molestan. Con el traslado a la nueva fosa se les dará a estos animales nuevas condiciones de vida”, precisó la funcionaria.

En 2006, a Papillón tuvieron que extirparle un ojo debido a que un visitante introdujo un alambre en su jaula para provocar su reacción. Como el elemento no fue quitado, el puma se lastimó el ojo y quedó tuerto.

El propósito de la construcción del nuevo espacio surgió justamente para mejorar las condiciones de vida de estos felinos andinos. El trabajo comenzó el 8 de noviembre de 2013 y la inversión total del proyecto es de Bs 2,4 millones, de los cuales la mitad se ejecutó el año pasado y en 2014 fueron inscritos Bs 1,2 millones, como parte de la segunda fase. La previsión es concluir la obra hasta las fiestas del 16 de julio, efeméride de la revolución de La Paz.

Según la administradora, el nuevo ambiente está catalogado como de semiinmersión, esto significa que el visitante puede ver al animal de forma más directa —vidrio mediante— y se eliminan las rejas, que no permiten la visibilidad y refuerzan la impresión de encierro, tanto para el animal como para los espectadores.

“La idea es que puedan verlos en su hábitat natural. Por ello se ha implementado una fosa para que los pumas permanezcan en su recinto. Al mismo tiempo se diseñaron barandas metálicas inclinadas hacia los visitantes, para que éstos no se puedan subir, las cuales están instaladas luego de un cordón de vegetación de tres metros de ancho, que está al límite de la fosa”, explicó.

La estructura de este espacio tiene tres áreas estratégicas. La primera es de observación, que es una especie de cuarto de siete por ocho metros, que está a uno de los costados del nuevo espacio.

Uno de los muros es de vidrio reforzado, desde el piso al techo, desde donde se podrá observar a los animales, sin riesgo para los espectadores ni para los felinos (ver infografía de arriba).

“Muy cerca a este sitio se instalará un bebedero de agua y un espacio donde se brinda el alimento a los animales para que se acerquen al frente de vidrio”, dijo Daza von Boeck.

Además, en este sitio se implementarán paneles informativos sobre el puma andino y sus características.

La segunda área estratégica son las madrigueras, que tienen capacidad para seis individuos. Estos refugios tienen aberturas especiales con seguros en la parte superior del lado que mira al interior de la fosa y también puertas traseras.

Estos ambientes son lugares donde los animales se pueden guarecer en caso de lluvia o extremo calor. También serán usados para mantener a los felinos dentro, mientras el personal realiza trabajos de limpieza.

“El puma es un animal sobre todo de las tierras altas, por ello una particularidad que tiene es que es muy tolerante a diferentes tipos de hábitat. Se lo puede encontrar en el parque Sajama o en los Yungas”, resaltó la administradora del zoológico.

A la tercera área fundamental se la conoce como de adecuación, será usada en el caso de que llegue un nuevo felino al zoo y permitirá que éste pueda habituarse a sus congéneres a través del contacto visual y del olfato sin que haya cercanía física. Se trata de una especie de jaula situada en el flanco izquierdo de la fosa, que tiene su propia madriguera.

La población de seis ejemplares de pumas se ha mantenido desde hace casi ocho años.

El último puma que hizo su ingreso fue Carmelo, que llegó cuando tenía solo tres meses. Él fue rescatado del Parque Nacional de Toro Toro, norte del departamento de Potosí.

Cuando era cachorro estaba en manos de personas que le daban comida para perros, a pesar de ser carnívoro. Su reinserción fue gradual porque se negaba a alimentarse.

Cuando La Razón efectuó una visita para observar el avance de las obras del zoológico edil, vio que los trabajadores realizaban el techado de la sala interactiva y el revoque de las paredes. También soldaban las puertas de ingreso a las madrigueras.

Una vez que concluyan las obras, la fosa de pumas será cubierta con vegetación de las tierras altas —como la queñua quishuara, paja brava y thola— y de los valles interandinos —árboles de acacia y molles— para reproducir el hábitat de este felino, amenazado por la destrucción de su entorno y la caza.

Cólicos, obesidad y caries por los alimentos dulces

Los animales del zoológico municipal Vesty Pakos de La Paz sufren cólicos severos —acceso doloroso, localizado en los intestinos y caracterizado por violentos retortijones, sudores y vómitos—, obesidad y caries dental ocasionados por los alimentos dulces y golosinas que les proporcionan los visitantes.

La administradora de este espacio, Mariana Daza von Boeck, explicó que la última indisposición fue la de un oso, al que se le tuvo que dar una atención de emergencia.

“Se detectó el problema porque el animal se estaba quejando de dolor y había dejado de comer. Luego se identificó que era un cólico producido por un alimento con mucha azúcar. Esos productos, en general, ocasionan un desorden en el aparato digestivo de los animales”, explicó.

Similar problema presentaron dos de las diez llamas y alpacas, las que se revolcaban en el piso por el dolor, y dos caballos de los seis que hay.

La ingesta de comida inadecuada también produjo obesidad en seis de los siete osos con los que cuenta el zoo, los cuales debían mantener un promedio de 320 kilogramos, aunque su peso oscilaba entre 380 y 400 kilos.

“Este problema se fue solucionando con la construcción de la nueva fosa de los osos, que tiene una gran barrera para que los visitantes no puedan arrojarles comida”, apuntó.

Hace un par de semanas se conoció que la totalidad de los monos del parque, 40 ejemplares, tienen caries producto de los alimentos y golosinas que les lanzan los visitantes.

Por ello, los fines de semana los animales dejan de comer los alimentos que les preparan y esperan lo que los visitantes les lanzan. También se conoció que una cierva murió por tragar bolsas de plástico.

Para evitar éste y otros problemas, en las jaulas de los monos se implementaron barandas más cerradas y se destinó personal para que refuerce el control. “Si bien el problema ha disminuido, todavía las personas mantienen un comportamiento de falta de respeto a los animales, no por malos, sino porque creen que no los alimentamos adecuadamente”, dijo.

En el zoológico trabajan 51 funcionarios: 11 guardafaunas, tres veterinarios, un biólogo, dos personas que preparan alimentos, 14 encargados del mantenimiento, servicios higiénicos y limpieza, y 20 más, entre recaudadores, seguridad y administrativos.

Hasta fin de año estará lista la sala audiovisual

Hasta fin de año estará concluida la sala audiovisual, área donde los funcionarios ediles brindarán charlas y orientación a los visitantes, especialmente niños, sobre la fauna que alberga el zoológico municipal Vesty Pakos, informó su administradora, Mariana Daza von Boeck. En la obra la municipalidad invierte Bs 450.000.

“El espacio va a tener capacidad para albergar a 80 personas. Allí se desarrollarán actividades educativas. También estamos analizando la posibilidad de que en ese espacio puedan celebrarse cumpleaños”, añadió.

Según la administración del zoológico Vesty Pakos, éste recibe anualmente un promedio de entre 480.000 y 500.000 visitantes.

Semanalmente se calcula que hasta el espacio municipal llegan 5.000 personas, de las cuales 4.000 corresponden a los domingos.

“Hemos podido notar que muchas familias vienen a celebrar los cumpleaños acá y no tienen el espacio que se requiere para esas actividades, como mesas o sillas. Entonces la propuesta que estamos analizando es festejar a los niños aquí, con una visita educativa y recreativa, en la que se brinde información y se lleven fotos o recuerdos para los que asisten”, apuntó.

Proyecto. En las próximas semanas se lanzará la licitación para la construcción de un nuevo serpentario, en el cual se invertirá este año Bs 700.000.

“Si los procedimientos van bien y comienzan los trabajos en los plazos establecidos, la obra se podría entregar hasta noviembre”, anticipó Daza von Boeck.

El zoológico Vesty Pakos se halla en Mallasa, al frente del Parque del Sol, a 20 kilómetros de la ciudad de La Paz y ocupa una superficie de 22,4 hectáreas de terreno abierto. Tiene bajo su cuidado a 500 animales de 78 especies de mamíferos, aves, reptiles y peces.

Los últimos trabajos de mejoramiento que encaró la administración municipal en el zoo, fue la construcción de una fosa para siete osos jukumari, nuevas boleterías y el rediseño de la puerta principal de ingreso, el cual tiene la forma de una araña. También se implementó señalización para guiar a los visitantes y se erigió un moderno túnel interactivo.

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