“El incremento de casos era previsible”, afirmó el director del Sedes, Jesús Ignacio Choqueticlla. Se trata de la cifra más alta que jamás había registrado Oruro, en la historia clínica, ya que cuando había infecciones de rabia, “el control era inmediato”.
Antes del 10 de agosto, había 52 casos de mal de rabia. Del 10 al 16 de agosto, había 71 canes infectados. Después de la vacunación, también ha provocado reacciones en los canes y aparecieron otros 6, confirmó la autoridad sanitaria.
Según el alcalde municipal, Edgar Bazán Ortega, después de conocer esos resultados, dijo que Oruro “debe mantener el estado de alerta epidemiológica, porque cada semana que pasa se están encontrando más casos de mal de rabia, que provoca profunda preocupación”.
Dijo que no se puede seguir esperando resultados negativos, sino “emprender una nueva campaña en los lugares donde no se pudo llegar con la vacuna, para controla esos focos que son peligrosos y que pueden provocar incluso afecciones en los seres humanos”.
Recordó que el 2014, murieron dos personas por el mal de rabia.
Consideró que la aparición de más casos de rabia, significa que “existen más perros en la ciudad de Oruro, como consecuencia del crecimiento desmedido y descontrolado de extensos barrios, donde hay mayor cantidad de perros cuidando las casas, porque, en algunos casos, ni siquiera tienen paredes de seguridad, sino simplemente casuchas para dormir”.
Según la explicación de Ignacio Choqueticlla, “algunos animales que tenían la enfermedad, en una etapa inicial, con la inmunización aceleraron el proceso infeccioso y, por ello, se incrementó el número”.
Pidió a la ciudadanía que tenga canes vacunados, no los saque a la calle, no tenga contacto con otros perros, porque se podía transmitir la infección en forma inmediata a otros animales.
Dijo que, por recomendación médica, se debe controlar a los canes vacunados, por lo menos 15 días, para verificar las reacciones que pueda tener un animal que recibió la dosis contra el mal de rabia.
La campaña de vacunación que se realizó el pasado 16 de agosto no llegó a todos los canes, especialmente a los callejeros. “En ese caso, se tomarán otras medidas dentro del Comité de Operaciones de Emergencia, ya que la lucha contra la rabia canina debe continuar para frenar esta enfermedad”, expresó.
De todas maneras, dijo que el personal especializado sigue la etapa de rastrillaje de casos, en los barrios periféricos.
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