Petardo, el perro que acompañó las protestas de los potosinos en La Paz, no estuvo en la sede de gobierno el fin de semana porque sus cuidadores decidieron no exponerlo demasiado.
Enrique Gutiérrez es uno de los 20 universitarios que asumieron la tarea de cuidar a Petardo. Ellos estuvieron en La Paz y participaron en las protestas de julio. Mientras estuvieron allá, sufriendo gasificaciones y chorros de agua, conocieron al perro que acompañó a los marchistas. Lo conocen y pueden certificar que el can que está con ellos es “el verdadero petardo”.
El estudiante recordó que el perro se perdió por unas horas cuando estaba en La Paz y apareció otro que alguna gente hizo pasar por él. Fue el mismo animalito que apareció en algunos programas de televisión y hasta recibió atención en un spa canino.
Los universitarios rescataron al verdadero petardo y lo trajeron hasta Potosí. El otro, el de la tele y el spa, también llegó a Potosí en uno de los buses y, aparentemente, está al cuidado de otras personas.
Pero existe una diferencia fundamental entre ambos. Petardo, el de las protestas, no se asusta por las explosiones, y a eso se debe su nombre, mientras que el otro sí, como cualquier otro perro.
El que estuvo en La Paz el domingo es “el falso Petardo”, al que, para diferenciarlo, algunos llaman “Cohetillo”.
El verdadero Petardo, el que fue fotografiado por el fotoperiodista Pedro laguna, estuvo en Potosí el fin de semana. “El día sábado estaba en la inauguración de la vacunación y el domingo en la plaza San Bernardo”, detalló Gutiérrez.
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