Visitar el parque es terapéutico al observar a cada uno de los animalitos que la componen. Por ejemplo, los gansos son todo un espectáculo y siempre caminan en fila india, se trasladan de Norte a Sur y viceversa. En su trayecto se acercan a los ocasionales visitantes y los molestan, algunos huyen porque nunca en su vida se toparon de cerca con esos bellos animalitos.
Asimismo, ver a los pumas andinos es una experiencia inolvidable, son cuatro, Huari, Cleopatra, Kantuta y Yara, Los monos son ruidosos y si el visitante frecuenta seguido el parque, esta especie salta de emoción al ver a sus amigos humanos.
Los quirquinchos siempre peleadores originan una serie de conflictos. Mientras que los cóndores aprendieron a vivir en sociedad, respetando sus espacios. Ya son tres cóndores que nacieron en los últimos años. El campeón es una vicuña, ejemplar rebelde que causa temor incluso a los guarda faunas. Las llamas y los chivos hacen de las suyas al acercarse a la gente, aunque de tiempo en tiempo salen de su espacio para cortar el césped de las jardineras.
Los zorritos son otro conflicto, que pelean por territorio. A veces se hacen daño, y siempre triunfa el más fuerte. Los búhos, mochuelos, alkamaris, halcones, el Martín pescador y aves de rapiña, son parte de la variedad de aves que se tienen en el parque.
Respirar el aire fresco y observar a los habitantes del zoo, hace que el ser humano llegue a entender cuan sabia es la naturaleza y los hombres están en la obligación de preservarla.
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