Hasta 44 de los supuestos cazadores furtivos arrestados fueron apresados en el famoso Parque Nacional Kruger, en el noreste del país.
Algunos de los arrestados llevaban casi un mes bajo vigilancia policial, y fueron detenidos en posesión de rifles y munición.
Sólo en el Kruger -la mayor reserva natural sudafricana y donde vive la población más grande de la especie en el país austral-, los furtivos acabaron, desde que comenzara el año, con la vida de 216 rinocerontes.
El portavoz del ministerio de Medio Ambiente, Albi Modise, instó a los sudafricanos a denunciar ante las autoridades los casos de caza furtiva. En todo 2012, los furtivos acabaron con 630 rinocerontes en Sudáfrica.
En una conferencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Flora y Fauna (CITES) celebrada el pasado marzo en Bangkok, la ministra sudafricana de Medio Ambiente, Edna Molewa, admitió estar perdiendo la batalla contra la caza ilegal de esta especie en peligro de extinción. Según organizaciones de protección del rinoceronte, mafias asiáticas compran los cuernos a los furtivos para venderlos a precios de oro en países como China, Tailandia o Vietnam, donde se elaboran con ellos pócimas curativas o afrodisíacos.
Sudáfrica estima tener unos 20.000 ejemplares de rinocerontes, la mayor población del mundo, que podrían de-
saparecer en 2020 -según han alertado las reservas privadas del país- si no se recorta el volumen de caza furtiva en los próximos años.
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