Durante muchos años, los perros y gatos del país vecino eran considerados casi como un "mueble", es decir, no tenían una ley que les protegiera en ningún caso. Ahora ha cambiado radicalmente y son considerados como seres vivos. Para entendernos, en caso de divorcio de una pareja, la nueva Ley dictará quién se queda con las mascotas, del mismo modo que si una persona quiere dejar su herencia a su animal de compañía, podrá hacerlo.
Obviamente, las Plataformas para la Defensa de los Animales hicieron una ardua campaña durante años para concienciar a los franceses que aún estaban indecisos, amén de conseguir apoyos de personajes públicos de relevancia, como el ex-ministro de Educación Luc Ferry, que no dudó en tildar la anterior Ley como "absurda". Entre otras cosas, ha dicho:
Los animales sufren, tienen emociones y sentimientos. No es cuestión de hacer que los animales estén sujetos a la ley, sino simplemente de protegerlos contra ciertas formas de crueldad.
A ver si cunde el ejemplo y estas Leyes sí se imitan en otros países, no siempre vamos a copiar todas aquellas que son restrictivas o suponen que los ciudadanos nos "rasquemos el bolsillo".
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