El aseo. No hay duda la importancia de la higiene para la salud de los humanos, pero cuando hay una mascota el aseo es aún mucho más importante.
Los perros. Se debe mantener limpia el área donde el perro suele dormir porque ahí quedan pelos cada vez que el animal se rasca o se sacude; también deja polvo y alguna suciedad que recoge cuando sale de la vivienda. Es recomendable que la mascota duerma en su propia cama. Si tiene juguetes como freshbees, balones, muñecos, huesos, etc. es necesario lavarlos por lo menos dos veces a la semana para que no acumulen bacterias.
Los arneses, bozales, collares o correas para sacarlos a pasear, también deben estar limpios y lavarlos con agua y detergente.
Los gatos. Los gatos son de hábitos más bien noctur-nos y se pasan la mayor parte del día durmiendo. Acostumbran a dormir casi siem- pre en el mismo sitio, por lo tanto se debe mantener esa área muy limpia.
Si duerme sobre algún al-mohadón, éste debe tener una funda que se cambiará por lo menos dos veces por semana y sa-cudirla diariamente para que bote los pe-los ya que los gatos pierden pelo con bastante facilidad. Es conveniente que los gatos duerman en su propia cama. No es recomendable que las personas y sobre todo los niños acerquen demasiado su ros-tro a un gato, porque si se hace algún mo-vimiento inesperado que la mascota consi-dere peligroso, tratará de defenderse ara- ñando y le hará pasar a la persona o al niño un mal rato.
El baño. El baño es la máxima ex-presión de aseo y del cariño que sentimos por nuestras mascotas.
Los perros. Pueden ser bañados una vez por semana, dependiendo de qué tan sucio esté realmente. Es recomendable utilizar algún jabón o champú germicida a fin de evitar la presencia de gérmenes ex-ternos o pulgas y garrapatas, las cuales se alimentan de sangre y su picadura trans-mite graves enfermedades y además se eliminan otros patógenos tales como virus, bacterias, protozoarios, etc.
Se debe tener especial cuidado para no echar jabón o espuma en los ojos ni en las orejas del animal, y el agua se echará sua-vemente con una vasija a unos 20 cm por encima de su cabeza. Igual cuidado se tendrá si se aplica el agua con manguera, ya que si le entra jabón en los ojos, sufrirá por la irritación y si le entra agua en los oídos, le producirá otitis, que consiste en la inflamación del tímpano y produce fuer-tes dolores y a veces, infección.
Los gatos y el agua. Comúnmente se cree que los gatos no se dejan bañar pero esto no es así. Al igual que cualquier otro mamífero con el cuerpo cubierto de pelaje, los gatos también pueden llenarse de ga-rrapatas y pulgas que se alimentarán con su sangre hasta matarlo. Por esto, es ne-cesario que los gatos estén tan aseados como sea posible.
Se debe preparar un platón con agua hasta la mitad y agregar jabón o champú germicida. Se agarra al gato - sin lastimar-lo- por la piel de detrás de la cabeza, tal como agarra la gata a sus crías, de ese modo, la mascota no se pondrá inquieta y permitirá que la bañen. No se debe aplicar jabón sobre la cabeza porque sería muy complicado des enjabonarlo, pero se le puede pasar una esponja húmeda, es de-cir sin mojarla en exceso. El baño debe ser breve y una vez terminado, hay que envol-ver al animal en una toalla bastante absor-bente. Continuará.
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