Los perros más pequeños del planeta

Tweet Este pasado 21 de julio se celebró el denominado Día Mundial del Perro y este próximo 27 de julio se recordará el Día Mundial del Perro Callejero, jornadas que no están establecidas o reconocidas por organizaciones internacionales, sino por activistas que sienten amor y gratitud por el mejor amigo del hombre, una especie tan íntimamente relacionada con el ser humano y con un estatus simbólico de compañía y fidelidad.

Por eso decidimos dedicar esta edición a nuestros fieles amigos caninos, que sin importar su tamaño pueden dar la vida por sus dueños, en ese sentido hoy conoceremos a los perros más pequeños del planeta en relación a sus razas, más conocidos como perros falderos.



PUESTO 1 (CHIHUAHUA)

El nivel 1 de nuestro conteo es propiedad del chihuahua, perro que solo pesa alrededor de dos kilos y su altura oscila entre los 15 y los 20 centímetros. Sin embargo, su tamaño no le impide ser un perro tremendamente activo que siempre busca jugar y al que le encanta estar entre personas. Procede de las antiguas civilizaciones norteamericanas, donde ya se caracterizaba por su tenacidad y astucia y pillería. Lo que más resalta a la vista son las grandes orejas puntiagudas, además, tiene unas características que hacen de él la mascota perfecta: habilidad, rapidez e inteligencia.



PUESTO 2 (POMERANIA)

Prosiguiendo con nuestro ranking conocemos ahora a Pomerania, que se ubica en el puesto 2. Su abundante pelaje le haga parecer más grande, pero tan solo pesa 3 kilos y medio y mide 22 centímetros de altura. Se trata de una raza muy hogareña y familiar, tanto que tienden a mostrarse distantes y precavidos con quien no conocen. Son perros muy inteligentes que necesitan estímulos constantemente para saciar sus necesidades de actividad. El Pomerania goza de una extraordinaria difusión, principalmente por ser un animal idóneo para vivir en el hogar, en especial si se trata de una vivienda pequeña.



PUESTO 3 (PEQUINÉS)

En la conclusión de nuestro conteo nos topamos el Pequinés, en sus orígenes chinos, era utilizado y conocido en la aristocracia por ahuyentar a los malos espíritus. Ladran ante cualquier cosa que desconocen, quizá por miedo o por precaución ante lo que podría suponerles una amenaza. Son valientes, leales y cariñosos con sus dueños. Su cuerpo es muy recortado y compacto, más ancha en las extremidades delanteras que en la parte trasera.

El hocico es achatado, como el de algunos mastines. Su peso oscila entre los 2 y 6 kilos, y su tamaño entre los 15 y 25 centímetros.