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domingo, 14 de agosto de 2016

Mascotas que dejan huella en los negocios de la Llajta

Hace doce años, el negocio de material eléctrico “César” incorporó a tres “funcionarios” a su plantel. El trío, cumple ocho horas laborales al día, al igual que el resto del personal, pero su tarea es específica: olfatear ladrones.

Se trata de Tom, Princesa y Milo, tres perros de raza pequeña que acuden diariamente al trabajo con su amo, Henry Aguilar, el gerente propietario del negocio de luminaria, ubicado en la avenida Heroínas casi Suipacha.

Al igual que ellos, la poodle Samy, mascota de la reconocida diseñadora cochabambina Vivi Mercado, sigue una rutina laboral “humana” desde hace dos años.

La presidenta de la Asociación de Defensa de los Animales (ADA), Liliana Téllez dijo que ese tipo de actividades con perros no está normada en Bolivia. Pero en otros países como España, Estados Unidos, Australia o Canadá, el 24 de junio de cada año se celebra el “Día Mundial de Perro en la Oficina”, que promueve la presencia de mascotas en la fuente laboral con el objetivo de reducir el estrés y ansiedad de los trabajadores.

A decir verdad, en sus inicios, Tom, Princesa y Milo pasaban gran parte de las ocho horas laborales durmiendo, pero no transcurrió mucho tiempo para que descubrieran su verdadera vocación: olfatear a delincuentes.

Henry cuenta que Tom (12 años), compañero de Princesa (8 años) y padre de Milo (5 años), aprendió desde muy pequeño a subir a una especie de mueble alargado que separa al personal de la iluminaria de su clientela.

Al colocarse en ese mostrador, el perro encontró dos ventajas, ponerse casi a la altura de su dueño y estar a menos de 30 centímetros de los clientes que visitan la tienda.

“Es su lugar favorito”, asevera Henry. Pero, más allá de ser un espacio agradable para la mascota, es estratégico, pues desde esa posición usa su nariz como escáner de la clientela.

La mayoría de los compradores pasa la prueba de rigor: “la olfateada de Tom”. Pero los que no lo hacen llevan la peor parte.

“Cuando una persona de sexo femenino llega a la tienda con la intención de robar, Tom ladra sin parar. Si es un varón, el perro se intimida y se esconde”, revela Henry.

Desde que advirtió esa virtud en su perro, le permite permanecer sobre el mostrador el tiempo que quiera. Algunas veces está sentado, otras dormido y, de vez en cuando, baja a correr a un gato que suele visitar la tienda.

La clientela ya está acostumbrada a los tres canes.

Otra mascota que también está en el “ámbito laboral” es poodle Samy, cuya ama es Vivi Mercado.

Amanece cual despertador, antes de las 8:00 horas, de lunes a viernes. Luego de dar un paseo por el jardín de la casa de la diseñadora, es la primera en subirse al coche para trasladarse al taller, situado por la avenida Circunvalación (zona norte).

Hace casi tres años Vivi lleva a su mascota al taller, pese a que sabía que era un riesgo, debido a que ahí hay prendas delicadas que no pueden ensuciarse o empaparse con pelusas.

“Por fortuna”, dice, Samy cumple las reglas del taller al pie de la letra. No sale del espacio que se le asignó y aguanta sus necesidades para la hora del almuerzo, cuando la diseñadora la saca a pasear.

Vivi y Henry añaden a su jornada diaria otro trabajo, el de cuidar a sus mascotas. Lo hacen para no dejarlas encerradas en casa.

1 minuto con el can reduce el estrés

La presencia de una mascota en la fuente laboral, siempre y cuando hayan las condiciones adecuadas, reduce el estrés del amo, indicaron desde la Clínica Veterinaria Súper Pet (calle Junín esquina Ecuador Nro. 308).

La veterinaria Danitza Celaya dijo que con solo “un minuto de acariciar a la mascota, se va el estrés del dueño”.

Su aseveración coincide con el estudio la "Presencia del perro en el trabajo y estrés de los empleados", realizado por la Universidad de Virginia Commonwealth en Richmond (EEUU), que indica que las personas liberan una oxitocina llamada hormona del amor cuando están en contacto con un perro.

No obstante, Celaya aclaró que deben existir las condiciones adecuadas para que la mascota permanezca en la fuente de trabajo, de lo contrario el animal se estresará más que quedándose solo en casa.

A su criterio, no debe haber ruido excesivo, tampoco la presencia de mucha gente, pues a algunos no les gusta los animales y pueden terminar agrediendo al perro.

“El dueño debe velar por la integridad del perrito”, recomendó la veterinaria.

Voluntarios trabajan en el anonimato por 20 mil canes

En Cochabamba hay al menos 20 mil perros en situación de calle, más del 50 por ciento es callejero y el porcentaje restante es vagabundo, informaron desde Zoonosis.

El primer grupo de canes, los callejeros, tiene la posibilidad de ser entregado a hogares porque en algún momento pertenecieron a uno. El segundo es de salvajes.

Los primeros, son atendidos no solo por instituciones formales, sino también por grupos voluntarios.

Con el paso del tiempo, la cantidad de grupos voluntarios crece, entre los más conocidos está Angelitos, Defensa de los Derechos de los Animales (ADDA), el Centro de Adopciones San Martín de Porres, el Programa de Protección Animal y Ambiental (ISIS) y Ágape (Amor Incondicional Por los Animales), entre otros.

Todos buscan hogares para perros y, mientras lo hacen, habilitan propiedades para acogerlos.

“Nos turnamos para cocinar y llevar comida a los perros refugiados”, contó Belén Bejarano, una voluntaria de Angelitos.

VACÍO LEGAL ADA indicó que hay leyes que protegen a los perros, pero no contemplan dos ámbitos: la disección y el consumo de su carne.

Para la presidenta de ADA, Liliana Téllez, la Ley 700 Defensa de Animales Contra Actos de Crueldad y Maltrato o la Ley 1333 de Defensa del Medio Ambiente, no resguarda a los canes, por ejemplo de ser diseccionados o de que se consuma su carne.

Hay al menos 9 tareas instruidas en dos leyes

La Ley 700 de Defensa de Animales Contra Actos de Crueldad y Maltrato y la Ley 1333 de Defensa del Medio Ambiente establecen por lo menos nueve acciones en pro de los animales que al momento son aplicadas parcialmente por cinco instituciones gubernamentales.

Solo la Ley 700 da dos tareas al Ministerio de Salud. Una es que proponga “políticas para la prevención de zoonosis, en el marco de sus competencias concurrentes con los diferentes niveles de gobierno”. Se cumple a través de las campañas de vacunación que anualmente llegan a, por lo menos, tres millones de gatos y perros.

La segunda es que regule el uso de animales de laboratorio con fines de investigación científica. En este punto no hay avances.

Esa norma asigna las mismas dos tareas al Ministerio de Educación, que son iguales que las anteriores; sin embargo, la institución aún no aborda este ámbito.

Dentro de las “Obligaciones del Estado”, establecidas en el artículo 4 de la misma norma, se instruye al Ministerio de Comunicación proponer políticas de comunicación, sensibilización, difusión de programas y acciones gubernamentales, referentes a la defensa de animales, en coordinación con el Ministerio de Medio Ambiente y Agua y el Ministerio de Autonomías. Esa es la quinta de las nueve acciones, sin embargo solo se aplica en campañas de cuidado de especies en riesgo y no animales domésticos.

Mientras que el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras debe crear políticas de sanidad e inocuidad agropecuaria, esta es la sexta acción de las nueve.

En este ámbito hay avances. Por ejemplo, recientemente se dotó productos veterinarios a municipios afectados por la sequía.

EXCEPCIONES El uso de los animales en los actos ejercidos en la medicina tradicional y ritos que se rigen conforme a la cultura y tradiciones de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, están exceptuados de la ley. Solo se indica que “debe realizarse evitando el sufrimiento innecesario y agonía prolongada”.

Las otras dos acciones que complementan el paquete de nueve, son establecidas por la Ley 1333 de Defensa del Medio Ambiente, no obstante solo hacen referencia a los animales silvestres. Una de ellas es que las universidades, entidades científicas y organismos competentes ejecuten programas de investigación y evaluación de la fauna y flora silvestre, con el objeto de conocer su valor científico, ecológico y económico y estratégico para la nación. En este ámbito no hay avances.

La novena tarea, según el artículo 54 de la segunda ley es que el Estado debe promover y apoyar el manejo de la fauna y flora silvestres, en base a información técnica, científica y económica, con el objeto de hacer un uso sostenible de las especies autorizadas para su aprovechamiento. Hay control en áreas protegidas.

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