Judas Anuk pertenece a una de las razas catalogadas como peligrosa y su apariencia robusta y fuerte junto a sus dientes puntiagudos refuerzan esa calificación. Pero cuando se lo ve de cerca y por la forma en cómo juega con los niños da la impresión que es un cachorro manso y frágil.
Tiene una cabeza grande, pero no está desproporcionada con su figura. Su pelaje es negro liso y lustroso combinado con una manchas calor café muy típicas de su raza.
Sus dueños lo sacaron ayer a pasear a la Plaza Principal y a cada paso que daba las personas volteaban a mirarlo, posiblemente por su majestuoso tamaño y volumen o porque es considerado “peligroso”.
Margarita Conde, propietaria de Judas Anuk, califica a su mascota como un perro cariñoso, muy inteligente, obediente y protector capaz de aprender todo lo que se le enseñe.
Margarita decidió comprar a Judas Anuk a insistencia de su hijo. Lo tiene desde cachorro y actualmente lo considera un miembro más de su familia.
La personalidad de Judas Anuk es tan inquieta y dócil que incluso juega fútbol con los cinco niños que convive. Gracias a su apariencia robusta y fuerte se ganó el título de arquero en todos los partidos. Incluso es un fiel compañero y guardián para salir a trotar en las madrugadas.
Mientras Judas Anuk paseaba por la Plaza Principal, las niñas Valentina de tres años y Dalcy de 18 meses jugaban sin temor con él. Incluso le hacían comer galletas y papas fritas de sus manos.
EL TEMOR La familia de Margarita está muy preocupada por su mascota después de que el Concejo Municipal aprobó la ordenanza que prohíbe la crianza y venta de perros de raza peligrosa con fines comerciales.
La concejal Ninoska Lazarte indicó que esta ordenanza tiene la finalidad de acabar con los ataques de perros de raza peligrosa, ya que debido a su contextura física puede ocasionar lesiones irreversibles y muy dolorosas.
Ayer, el menos 30 propietarios de perros de razas peligrosas se concentraron en la Plaza Principal, junto a sus mascotas, para rechazar la ordenanza.
El concejal Edwin Jiménez aclaró que la norma, que aún no fue promulgada por el Ejecutivo, no instruye la castración ni la eutanasia, como temen los propietarios.
“Prohíbe la crianza con fines comerciales. Tiene que quedar muy claro”, afirmó Jiménez.
Los propietarios están en vigilia esperanzados en que el Ejecutivo no apruebe la ordenanza.
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