El célebre toro bravo español "Ratón", de media tonelada y afilados cuernos con una macabra hoja de servicios -tres muertos y decenas de heridos-, murió el domingo, según anunció este lunes su propietario, que le quiere dedicar un museo.
"Ha sido en 24 horas: lo vimos pachucho y lo pinchamos de antibióticos" pero Ratón "murió ayer (domingo) por la tarde", explicó a la AFP Gregorio de Jesús, su orgulloso propietario, que llegó a ganar 10.000 euros por alquilar su bestia.
Su inofensivo nombre, "Ratón", no se encuentra a la altura del miedo que infundían sus cornadas entre los espectadores y participantes que acudían a los encierros. A base de graves cornadas, el toro se fue labrando una reputación sanguinaria en toda España que, lejos de ahuyentar a los participantes, lo convirtió en el perfecto reclamo para las fiestas mayores de los pueblos. Muerto a los 13 años y medio, el toro, de pelaje negro con algunas manchas blancas, deja tras de sí a tres fallecidos, uno en 2005, otro en 2006 y el último en 2011, según su propietario.
Si se equivale a la edad humana, "Ratón" tenía "entre 80 y 90 años de edad", precisó De Jesús, quien dijo que se analizará la sangre de la res para determinar la causa de su muerte.
"Llevaba unos meses que tenía un problema de artrosis debido a la vejez. Pero el animal estaba bien", explicó su propietario. Hace solo diez días, el animal prestó su último servicio en la plaza de toros de Valencia, en la costa este de España.
De Jesús pretende disecar a su célebre toro y exponerlo en un museo en el municipio de Sueca, cercano a Valencia, donde tiene la finca. El criador pensó durante un tiempo en clonar a "Ratón" aunque finalmente no tuvo ocasión. No obstante, confía el legado del sanguinario animal en uno de sus toros que "sigue la misma línea de Ratón" y al que ha llamado "Ratoncito".
Los encierros taurinos más conocidos se celebran en julio en Pamplona (norte) durante la fiesta tradicional de San Fermín, inmortalizadas por el escritor estadounidense Ernest Hemingway en su novela "Fiesta" de 1926.
Los encierros consisten en liberar a los toros en un recorrido cerrado a la persecución de un nutrido grupo de corredores que se acercan peligrosamente a las bestias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario