Un equipo de neurólogos consiguió que una rata que se hallaba en Brasil ayudara a obtener una recompensa a otra que estaba en EEUU, a través de una conexión entre los cerebros de ambas.
“Establecimos una conexión funcional entre dos cerebros. Creamos un supercerebro que incluye dos cerebros”, indicaron los expertos. El equipo entrenó a ratas sedientas, las cuales tenían que reconocer luces y mover palancas para conseguir agua como recompensa. Luego implantaron electrodos ultrafinos en los cerebros de las ratas, los cuales estaban conectados por cable a una computadora.
El cerebro de la primera rata, que se encontraba en un tanque de vidrio en Brasil, mandaba un torrente de impulsos eléctricos a medida que iba descubriendo los trucos para obtener la recompensa. Los impulsos se enviaban en tiempo real a la corteza cerebral de la segunda rata, la cual enfrentaba una situación idéntica en EEUU.
Cuando la primera rata terminaba las diferentes tareas, los picos de sus señales cerebrales se transcribían a un modelo informante de señales electrónicas que recibía la segunda rata. Cuando la segunda rata reconocía la utilidad de estos modelos, los mismos se incorporaban en su procesamiento visual y táctil. Gracias a las señales del primer roedor, la otra consiguió rápidamente su recompensa.
“Estamos aprendiendo maneras de interactuar con el cerebro de los mamíferos, las cuales serán fundamentales para nuestros objetivos en materia de rehabilitación” de minusválidos, explicaron.
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