Buscar

domingo, 17 de agosto de 2014

Historias de mascotas que se ganaron amor y admiración de sus dueños

Coco es un perro de 15 años de edad y tiene toda una historia de amor. Huyó de la casa donde estaba acogido para buscar a sus amos y estuvo desaparecido durante seis días hasta que logró encontrar su casa.

Silvia Úzqueda, su ama, contó que tiene a Coquito, como le dice de cariño, desde que era muy pequeño. Lo aceptó porque su amiga, que tenía a su mascota preñada, le pidió darle una familia a una de las crías.

La mujer eligió a la única que tenía el color negro, las demás eran blancas. En principio fue una compañía para sus padres y a la muerte de ellos, Silvia se convirtió en su protectora.

“El mimado de la casa, pero súper educado”, describió para explicar las atenciones que recibe.

Los cuidados y atenciones han hecho que Coco también sea compañero de viajes de ella y de su esposo.

“Lo más lejos que ha ido es a Oruro”, comentó.

Dijo también que en sus viajes ha recorrido todo el Cono Sur de Cochabamba y provincias como Quillacollo y otras.

Las atenciones que recibe incluyen tener un ropero con lo necesario, según la época, para viajar o vestir en casa. Asimismo tiene camas en el garaje, la sala, la cocina y el auto, en éste último espacio para cuando sale de paseo con sus amos.

ANÉCDOTA En medio de los mimos y atenciones, cuando la mascota tenía 10 años, no fue posible que acompañe a sus amos en un viaje fuera del país y quedó al cuidado de una amiga de la familia. Silvia, quien más cuidados tiene con Coco, lo dejó con mucha pena.

Una noche, cuando llovía, según recuerda la dueña, su amiga decidió llevar al perrito a su casa, pero éste huyó.

La encargada de su cuidado no tenía ni una fotografía, pero decidió hacer volantes con la descripción del can que el día de su desaparición vestía una chompa amarilla.

Silvia no se enteró de lo que pasaba y llamaba cada día para saber de su mascota. Solo le decían que estaba bien, aunque no comía mucho.

“Yo no podía ni dormir, ni gozar del viaje”, sostuvo y recordó que presentía que algo no andaba bien.

A los seis días de la huída de Coco, apareció a una cuadra de su casa y un vecino lo reconoció por la descripción. Los familiares de la dueña se encargaron de trasladarlo a la veterinaria y estuvo internado por dos días.

La familia se enteró de todo lo ocurrido recién cuando retornó a Bolivia.

“Dice que volvió tan mal el perrito. En esos seis días no le daban comida, nada (...) Luego se había quedado dos días internado, con suero y todo”, recordó Silvia con algo de pena.

“Era una hilacha”, dijo al referirse a la delgadez que había alcanzado el animal y agregó que realmente había sido un milagro que siga vivo.

Luego, recuperó su salud y no volvió a enfermar hasta ahora que ya pasaron cinco años desde aquel suceso.

Por un tiempo, Coco lloraba cuando en sus paseos pasaba por algunas calles, “tal vez recordando que deambuló por ahí”.

“Se ha recuperado. Ahora está viejito, tiene 15 años, pero está bien, sigue saliendo a pasear todos los días en la mañanita y en la noche, juega un ratito con su pelotita, toma su leche y a dormir”, contó su ama.

Por su edad y por el frío del invierno, Coco comparte cama con sus dueños y para mantener una vida saludable tiene suplementos alimenticios y atención de la que es una verdadera familia para él.

“Es como mi hijito, lo atiendo y lo mimo”, concluyó Silvia.

OPERACIÓN Rocky es la mascota de la familia Soliz desde hace aproximadamente 12 años. No son visibles los mimos de la familia, pero es evidente su cariño, ya que Rocky puede decidir si desea ir de paseo con ellos en la camioneta familiar, ya sea a comer o al campo.

Carlos Soliz contó que el perrito amarillo, que ahora ya es grande, fue un obsequio y que lo criaron para que cuide su casa.

Ellos acostumbran viajar al campo y retornar en el día o a veces pernoctar en un pueblo de Sacaba. Y Rocky va con ellos.

Su dueño explicó que le gusta el río y que aunque la familia no disfrute del agua, él juega en ella.

Hace un par de años la familia salió de la ciudad para ir a comer un fin de semana. Rocky estaba con ellos y como él no se queda quieto, durante su recorrido en la zona fue lastimado por otra persona con un palo. Al pasar los días, le salió “una bolita” que se hizo más grande y al ser tratada en una veterinaria le dijeron que debía ser sometido a una cirugía. La familia le dio los cuidados necesarios y se recuperó.

Ahora continúa cuidando la casa, aunque lo hace más afuera rondando el barrio, saliendo a pasear y recibiendo cariño de sus amos.

Apuntes.

Baño y peluquería

La atención de baño y corte de pelo para perros de tamaño mediano tiene un costo de alrededor 85 bolivianos. El trabajo es realizado, por lo general, por veterinarios especializados en estética. Solo en la veterinaria América dan este servicio a unos ochos canes al día.

Juguetes

Para las mascotas hay desde pelotas hasta muñecos. Sus costos dependen de las marcas y oscilan entre 20, 30, 40, 60 y 80 bolivianos. Estos montos varían también dependiendo de los lugares donde se compra, ya sea en un pet shop, tiendas o los mercados populares.

Gastos de alimentación

Dependiendo también de la marca de alimento balanceado, una raza mediana come unos dos kilogramos al mes y puede costar 100 bolivianos, más o menos.

Ropa

Se trata de un artículo más estético que de necesidad para las mascotas. Los accesorios tienen costos variados.

Se quedó y nos encariñamos

“La verdad, mi esposa quería que se vaya, pero ella se quedó y nos encariñamos”, recordó Gastón García al referirse a su perrita cuyo nombre es Linda.

Esta familia llegó a vivir a la casa que aún habita, en 2005. Los anteriores dueños se llevaron a los tres perros que tenían, pero Linda volvió a aquella casa. Su dueño contó que incluso le dejaron la puerta abierta para que se vaya, pero que al ver que la perrita no quería, sintieron pena y la convirtieron en su mascota.

“Ella nos ha adoptado, nos ha escogido. No es de raza, pero para nosotros es de verdad linda, como su nombre”, sostuvo.

Dijo también que ella se acostumbró con la familia que la cuida y la mima porque ahora tiene como 16 años. Le dan alimento balanceado aunque, por su edad, decidieron atenderle con sopas para que pueda comer sin dificultad.

“Ya no juega, está viejita, pero sigue sonriendo. Mostrando sus dientes es que nos ha conquistado”, dijo al describir una de las características de Linda.

Para tener una mascota hay que pensar en comida, salud y atención

Para hacerse cargo de una mascota hay que considerar que necesita alimentación, salud y atención.

El médico veterinario de la Veterinaria América, Ariel Arzabe, explicó que para tener un perro en casa primero se debe analizar para qué se quiere, si para guarda o compañía, por ejemplo. Aclaró que la gente no debe dejarse guiar porque haya una raza que esté “de moda” o porque la haya visto en televisión.

El profesional dijo que, según las razas, los animales tienen distintos requerimientos, de espacio, de actividad física, nutrición y que debe tomarse muy en cuenta.

“Es un animal que va a vivir contigo mínimo 12 o 13 años”, resaltó.

A su vez exhortó a considerar si los amos piensan cambiar de residencia o de profesión.

Es normal que los jóvenes tengan una mascota y que luego salgan del colegio, terminen la universidad, se casen y el perro siga ahí. El veterinario considera que estos factores provocan el abandono del animal.

“Trece años es un tiempo largo de vida en el que no te vas a poder deshacer del animal. Está mal que lo tengas solamente cuando es cachorrito”, afirmó.

Ahora, también es importante ver el aspecto económico porque las mascotas erogan gastos.

La comida es primordial, “de chiquititos casi no comen, pero de grandes sí y requieren de buena alimentación”.

Por otro lado, están las vacunas que necesita el perro, las antirrábicas y los desparasitantes. Y cuando alcance la edad adulta necesitará suplementos nutricionales.

“Es normal. Como nosotros, va a necesitar asesoramiento médico”, reflexionó el profesional.

Arzabe recomienda unas dos visitas anuales al veterinario, una para que reciban las vacunas y otras para un chequeo general, o mínimamente una vez cada año para que no le falte las vacunas.

Aconseja no descuidar la atención preventiva y de restauración en caso de enfermedad. Además, se debe considerar que, conforme a la raza, “porque hay unas más falderas que otras”, el can requerirá cantidad y calidad de tiempo de atención, para recibir cariño o poder jugar, por ejemplo.

Algunos son más independientes que otros, pero de todas maneras necesitan la atención de sus dueños.

Historia de San Roque, patrono de los perros

En países de América Latina, San Roque es conocido como el patrono de los perros.

En la página de internet www.conciencia-animal.cl se hace una explicación sobre quién es San Roque.

Manifiesta que el santo es famoso “por los favores que consigue a favor de los pobres y enfermos”.

Roque nació en Montpellier (Francia) a mediados de 1300. Fue de familia rica y al morir sus padres él vendió sus posesiones y repartió el dinero entre los pobres y se fue como un peregrino a Roma.

En esos tiempos había estallado la peste del tifo y la gente moría por montones. Roque se dedicó a atender a los más abandonados y consiguió que muchos se curen “con solo hacerles la señal de la Santa Cruz sobre su frente”.

Practicando la caridad llegó hasta Roma y ahí atendió a las personas. Allí comenzaron a considerarle santo.

“Un día, mientras atendía a un enfermo grave, se sintió también él contagiado. Su cuerpo se llenó de manchas negras y de úlceras”, describe el relato que acota que para no molestar a nadie se fue a un bosque solitario. Se dice que donde se refugió nació un aljibe de agua cristalina con la que se refrescaba.

Entonces, un perro de una casa importante de la ciudad empezó a robar un pan de la mesa de su amo e irse al bosque para llevárselo a Roque. Luego de varios días de que ocurriera aquello, el dueño del perro lo siguió hasta que encontró enfermo a Roque y se lo llevó a su casa para curarle.

Roque decidió luego volver a Montpellier, pero al llegar a esa ciudad que estaba en guerra, los militares le confundieron con un espía y lo pusieron en prisión durante cinco años. Encarcelado, daba consuelo a los demás prisioneros.

El 15 de agosto de 1378, murió “como un santo”. Al prepararlo para ponerlo en el ataúd descubrieron en su pecho una señal de la cruz que su padre le había trazado de pequeño y así se dieron cuenta de que era hijo de un gobernador de la ciudad. La gente de su ciudad acudió al funeral. Le atribuyen milagros y lo pintan con su bastón y sombrero de peregrino señalando con una mano una de sus llagas y con su perro al lado, ofreciéndole el pan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario