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miércoles, 6 de agosto de 2014

Los perros se huelen el trasero

Los perros tienen, como es sabido, un olfato muy desarrollado. Se estima que es entre 10.000 y 100.000 veces más sensible que el olfato humano. Y cuando dirigen sus hocicos al trasero de otro perro, lo que hacen es recolectar un montón de información sobre el otro animal, desde lo que come hasta su estado emocional, revela la Sociedad Química de Estados Unidos (ACR).

En 1975, el científico George Preti estudió las secreciones anales de perros y coyotes e identificó los componentes principales de las secreciones que producen las glándulas alojadas en dos pequeñas bolsas llamadas sacos anales.

Este lenguaje químico, observó Preti, está compuesto de trimetilamina y varios ácidos grasos volátiles y el aroma puede cambiar de acuerdo a la genética y el sistema inmunológico del animal.

Los canes tienen un sistema olfativo auxiliar llamado órgano de Jacobson o vomeronasal. Diseñado específicamente para la comunicación química, este órgano tiene sus propios nervios que se comunican directamente con el cerebro.

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