Diversos factores, como los cambios bruscos de temperatura, el hacinamiento y las mantas húmedas, entre otros, son muy comunes en invierno y hacen que la tos en perros se multiplique.
Se trata de un reflejo fisiológico involuntario que tiene como fin mantener despejadas las vías respiratorias, este reflejo puede surgir a raíz de distintas causas: traumáticas, cardiopulmonares, infecciosas y alérgicas, entre las más comunes, explica la veterinaria Paula Escobar.
Si bien es un mal bastante frecuente, cuando se detecta, es bueno llevar al can al veterinario para que lo ausculte y se cerciore de que la tos no esté siendo ocasionada por algún objeto traumático o una irritación severa. El paso siguiente será una revisión para ver si hay presencia de congestión a nivel de vías aéreas tanto superiores como inferiores, además de comprobar si hay inflamación a nivel de ganglios linfáticos.
El especialista también debe evaluar el funcionamiento cardiaco y pulmonar para descartar que la tos sea producida por una falla en cualquiera de estos órganos.
Una vez conocida la causa se puede aplicar el tratamiento adecuado: antibióticos, balsámicos pulmonares, antialérgicos o corticoides, entre otros. Tanto el diagnóstico como la medicación deben ser indicados por un médico veterinario y no por miembros de la familia u otras personas, ya que en lugar de ayudar pueden provocar un daño mayor.
La veterinaria Dalul López Molina recomienda no medicar al animalito sin supervisión profesional, pues muchos remedios que sirven al humano son nocivos para ellos.
Podemos evitar estas enfermedades cumpliendo con las vacunas puntualmente, alejando a nuestra mascota de perros enfermos, teniendo en la puerta de la casa alguna forma de desinfección antes de ingresar, no someterlos a cambios extremos de temperatura y, tras bañarlos, secarlos inmediatamente en un ambiente cerrado, ya que si la tos dura más de tres semanas ya se supone que se trata de un problema que puede poner en peligro la vida de nuestra mascota.
Fuente: Estefanía Escobar Rubín de Celis y Dalul López Molina (veterinarias).
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