Parece un cuento de nunca acabar que ocurre en un lugar malévolo donde la ley no existe. Y parece que desde hace mucho, demasiado tiempo. Sin embargo, nadie se hace cargo de lo que es una realidad ambiental que vulnera el principio mismo de la justicia en el país.
¿El escenario? Otra vez el zoológico de Oruro, ese que tantos dolores de cabeza viene dando a quienes quieren detener el maltrato que sufren los animales encerrados en él, donde ahora, luego del largo prontuario que tiene, todo indica que se trafican animales silvestres, grave delito penado por Ley.
Pudimos acceder a información confidencial que hace evidente, otra vez, las graves irregularidades con las que se maneja este zoológico, probablemente el más polémico del país, y hemos descubierto que ahora, no sólo se sigue desobedeciendo una orden ministerial que indicaba su cierre temporal desde hace varios meses para adecuarlo a un zoológico de fauna andina, sino que, contraviniendo todas las leyes ambientales que rigen los zoológicos del mundo, se compran animales “a pedido” con todo y recibos, para que quienes participan en este negocio puedan controlar cómo se lleva a cabo el proceso. Las cuentas claras.
En estos documentos se comprueba que el exalcalde Edgar Bazán, aún cuando ya se había decidido cerrar el zoológico, ordenó desembolsar dinero para que se compren especies silvestres, algunas en peligro de extinción, a solicitud de uno de sus funcionarios. La actual alcaldesa Rossio Pimentel conoce el caso.
Una lista completa
El 7 de mayo de 2008, el Ing. Freddy Flores, ex Director de Gestión y Salud Ambiental, solicita al entonces Alcalde Edgar Bazán, financiamiento para 'repoblar' el zoológico de Oruro por un monto de Bs 4.990.- Este dinero, afirma Flores, iba a ser destinado a cubrir el costo de mantenimiento de los animales que habían sido cazados o en algunos casos rescatados. (Ver fotocopia 1)
Primera alerta. Desde ya la solicitud está fuera de norma porque el zoológico debía haberse cerrado desde hace mucho tiempo siguiendo los dictámenes del Ministerio de Medio Ambiente y no seguir aumentando su población. Sin embargo, haciendo caso omiso de esas disposiciones, la lista del Ing. Freddy Flores de los nuevos animales que se internarían en este zoológico especifica claramente:
- 5 cachorros de zorro
- 1 vicuña macho
- 2 ñandúes
- 1 gato montés
- Otros animales (vizcachas, perdices, gallinas pigmeas, etc.)
Al día siguiente de haberse presentado la solicitud, el 8 de mayo de 2008, el alcalde Edgar Bazán le da curso ordenando que se entregue el dinero para la compra de los animales. Mediante memorándum No. 1388-08 se instruye al Director del Tesoro Municipal efectuar el desembolso de fondos a nombre del Ing. Freddy Flores. El 16 de mayo, Flores recoge el cheque por los Bs 4.990.- con el recibo No. 005064.
Sin embargo y sorprendentemente, recién ocho meses después de que Freddy Flores hiciera el pedido de los animales que se iban a comprar y recibiera el dinero para pagarlos, los animales son entregados oficialmente mediante recibos (ver fotocopia 2), por distintos comunarios y personas particulares entre los meses de septiembre y noviembre de 2008.
¿Cómo adivinó Freddy Flores que iba a poder conseguir exactamente los animales que había puesto como seguros en la lista hecha en mayo, tantos meses después, cuando algunos, como los zorros, no habían nacido todavía? No es precisamente un misterio de la naturaleza.
Nada regular
Entre septiembre y noviembre de 2008, cuatro recibos son entregados al Ing. Freddy Flores de parte de las distintas personas que le vendieron los animales, la mayoría comunarios, aunque uno es Williams Osorio, gerente propietario del complejo turístico Rew Crow, por concepto de variedad de animales cuyo precio asciende a Bs. 390. Sin embargo, en una lista de inventario posterior, los animales de Rew Crow aparecen como donación. Otra alerta.
El 6 de mayo de 2010, el exveterinario del zoológico, Abraham León, la Lic. Mirna Montaño, exadministradora del zoológico, y el Ing. Freddy Flores, envían una carta (Cite. 14/10) a la Sra. Margarita Mendoza Vargas, jefa de Bienes Municipales de la Alcaldía orureña, en la que detallan el inventario actualizado del zoológico “tomando en cuenta las bajas o muertes, nacimientos y recepción de animales silvestres en calidad de donación (recalcan los autores) de acuerdo al Art. 65 del Reglamento Nacional para Zoológicos de Bolivia Ley de Medio Ambiente 1333. (…)
Así mismo se adjunta el detalle de los animales recibidos hasta la fecha, no se incluyen datos referenciales sobre el precio valorable de los animales domésticos ni de las especies silvestres debido a que el Art.111 de la Ley 1333 de Medio Ambiente y el Art.85 del Reglamento Nacional para Zoológicos de Bolivia (resalta la carta) no faculta a los zoológicos realizar una valoración de estas especies, así mismo este efecto llevaría a poner en duda la visión de un zoológico orientado a la conservación y protección del medio ambiente y su ecología.”
Hay que preguntarse entonces en base a qué tarifario se les puso precio a los animales que se incluyeron en la lista hecha por el Ing. Freddy Flores en mayo de 2008, que resultó en Bs 4.990.
Un zoo que no existe
De acuerdo a los informes de estos funcionarios de fantástica imaginación, el zoológico orureño es una institución con niveles sanitarios óptimos (lo que es falso porque, por ejemplo, los animales de tierras bajas que se encuentran en transición en el área de cuarentena, mismos que deberían haber sido trasladados hace meses como había acordado la actual alcaldesa Rossio Pimentel, están estrujados en un cuarto de baño porque no hay espacio para ellos desde la llegada del cóndor Felipe). El cóndor Felipe es otro rehén en este drama. La condición era que llegase un animal de tierras altas y saliese uno de tierras bajas. El trato no se ha cumplido, pero el cóndor está tras las rejas.
Los informes dicen que los planes de manejo están concluidos (otra falsedad porque los animales de tierras bajas no han sido trasladados todavía, ni el zoológico ha aceptado la regulación ministerial de un cierre temporal de seis meses para mejorar su infraestructura).
En este particular zoológico, los animales son considerados propiedad inmueble, es decir, que un loro podría equivaler a una silla y los recibos de los animales que entran y salen (mueren), también se guardan en un archivo. Como los papeles cantan, uno de estos recibos llama particularmente la atención. Es el No. 160667, en el que el “item” cuantificado es un gato montés, el mismo que compró el Ing. Flores y que ahora es, al parecer, un fantasma. Otro más en el zoológico que ha visto morir decenas de animales.
¿Dónde está el gato?
Comprado por Bs 300 de acuerdo a los prolijos recibos (ver fotocopia cuatro), el gato montés ha desaparecido: no figura en ninguna de las listas de inventarios presentados hasta el momento. Tampoco puede decirse que haya muerto porque ningún documento lo comprueba ni existe informe al respecto, Simplemente no existe. Parece una ironía a su preocupante situación: El gato montés en Bolivia es un animal en peligro crítico de extinción (CR), según el libro rojo de la fauna silvestre de vertebrados de Bolivia (MMAyA).
Freddy Flores pagó, a nombre del municipio orureño, Bs 2.300 por el gato montés y dos ñandúes que en el recibo dice que fueron decomisados a cazadores furtivos por la comuna de Salina, en la provincia Ladislao Cabrera. (Ver fotocopia cinco).
¿Hasta cuándo?
Mientras el misterio del felino desaparecido debe resolverse, un puma, Huari, con graves problemas renales agoniza, las cabras son descuartizadas delante del mismo rebaño dentro de la jaula porque no existe una zona de faeneo, y una de las zonas de cuarentena es un cuarto de baño. ¿Son estas condiciones óptimas?
En el inventario del zoológico figuran 30 animales de tierras tropicales.
Una de las promesas electorales de la alcaldesa Rossio Pimentel fue que estos animales (los que ahora están en el cuarto de baño) serían trasladados a un hábitat más amigable, demostrando con hechos que los orureños no disfrutan viendo tortugas con la caparazón quemada, tejones locos o leones moribundos, y que serían capaces de crear un zoológico andino, con todas las características necesarias, donde los animales sufran lo menos posible en el cautiverio impuesto por el humano.
Pero pese a que la Dirección General de Biodiversidad ha instruido que un grupo de animales de tierras bajas sean trasladados, Rossio Pimentel, al igual que su antecesor Edgar Bazán, escondidos detrás de la excusa de la presión social de los vecinos, no cumplen ninguna orden.
Es tal la importancia política de esta triste centena de animales encerrados, que las autoridades municipales han asegurado que el Plan Operativo Anual (POA) de este año no se aprobará “si un loro sale del zoológico”. Como una “yapa”, piensan poner un serpentario y un acuario para peces andinos. Y un oso jucumari en la jaula donde murió el león Fido, si finalmente se aprueba su funcionamiento. Todo ello en una hectárea y media de terreno casi en el centro de la ciudad. ¿Hay animal más cruel que el hombre? Contéstese esta pregunta cuando visite el zoo de Oruro.
Animales en el zoo
La única manera legal de incrementar especies de animales en los zoológicos es a través de intercambios entre zoológicos legalmente establecidos de acuerdo a la resolución de funcionamiento de AANC (Autoridad Ambiental Nacional Competente). En este sentido es importante destacar que la Ley del Medio Ambiente 1333 en su Art. 111 indica “El que incite, promueva, capture y/o comercialice el producto de la cacería, tenencia, acopio, transporte de especies animales y vegetales, o de sus derivados sin autorización o que estén declaradas en veda o reserva, poniendo en riesgo de extinción a las misma, sufrirá la pena de privación de libertad de hasta dos años perdiendo las especies, las que serán devueltas a su hábitat natural, si fuera aconsejable, más la multa equivalente al 100 por ciento del valor de estas.
¿Por qué el desacato?
Todo lo que no se ha cumplido:
Resolución Administrativa VBRFMA Nº 026/07
Resolución Administrativa VBRFMA Nº 033/07 la cual ratifica la R. Nº 026/07
Resolución Ministerial Nº 006/08 la cual confirma en todas sus partes la Resolución Administrativa Nº 033
Es importante mencionar que este zoológico nunca ha sido autorizado (sancionado) por la Autoridad Ambiental Competente Departamental ni por la Autoridad Ambiental Nacional.
Lo que dice la Alcaldía
Roger Copa, actual director de Gestión y Salud Ambiental del Gobierno Municipal de Oruro, explica que el zoológico orureño está bajo responsabilidad de esa entidad.
Copa dice que se ha tomado contacto con el Viceministerio del ramo para dar cumplimiento a la resolución de la Dirección de Biodiversidad. “Estamos en esos trámites para lograr la licencia como zoológico andino en este momento, pero sobre el traslado de especies tropicales es un paso que no está todavía planificado. La autoridad ambiental competente definirá el destino de esos animales”, explica Copa.
En lo que sí dicen estar apurados es en la construcción de una clínica veterinaria y un área de cuarentena, para que el parque sea habilitado como zoológico andino. “Tenemos un objetivo: lograr la licencia de funcionamiento como zoológico andino. Para esto, hemos coordinado con el Viceministerio de Biodiversidad para lograr la licencia. Ellos quieren que demos cumplimiento a las resoluciones y esto incluye traslado. Queremos concluir con la infraestructura para la primera semana de junio.” De acuerdo a Copa, el área de cuarentena es una de las más críticas, aunque ya tiene 95 por ciento de avance y “sólo faltan detalles”.
Sobre la denuncia de tráfico de animales, Copa asegura que es parte “de una realidad de cambio de gestión, genera problemas, no deja documentación, no hay suficientes elementos para asumir cargos en ese tema. Nosotros hemos recibido el zoológico bajo inventario, hemos visto que estaban todos (los animales) en el zoo. No hay nada de estos documentos que nos respalden si existió una compra de especies. En esta gestión hemos decidido cumplir con todas las normativas. Nos llegaron dos especies recientemente y así sean andinas, o no, hemos definido que hay que informar a la autoridad competente departamental, para que puedan tomar una decisión sobre el destino de los animales.”
Freddy Flores: “No hice ningún pedido”
¡OH! Usted hizo un pedido de dinero al alcalde para repoblar el zoológico de Oruro?
No, no hice ningún pedido. Lo que tenía que hacerse es que el zoo que es andino, de alguna forma pudiera traer especies que estén en fauna tropical pero que pertenecen a fauna andina, como los osos jucumari, por ejemplo. Habíamos construido un albergue para que se pueda tener esos osos. Está contemplado en el plan de manejo, y en el programa de tenencia de animales de fauna andina. Solicitud para repoblar no hice.
¡OH! Le hablo de una solicitud del 7 de mayo de 2008, donde habla de Bs 4.990 para repoblar el zoológico con una lista de los animales…
Ese es un tema más particular... En una ocasión un jovencito nos trajo un gato montés, entonces, pidió que le paguemos, pero le explicamos que de acuerdo con la ley no es posible que comercialice un animal silvestre y peor si está en vías de extinción, pero lo que hicimos fue dar atención médica al animal y decomisarlo.
Generalmente coordinábamos con la Prefectura para que si era de fauna tropical, el animal se lleve al lugar adecuado, con licencia. Pero este joven dijo: “He estado tres meses con este animal, déme aunque sea para mi pasaje”, en algunos casos les damos para el pasaje, recuperamos el animal y lo ponemos en cuarentena. Nos traían zorros también. Nunca hemos comprado, pero hemos compensado por el tiempo que los tuvieron en su poder, porque si no, ellos amenazaban con matarlos. Pero esto no ha sido frecuente. En cinco años, tal vez una vez ha sucedido.
Nos han traído suris pequeños, se ha compensado también. También una vez optamos por darlos a la universidad para un programa de repoblamiento de suris. No podemos rellenar el zoo cuando algunos animales están en lugares que ya no abastecen, los de fauna tropical, por ejemplo (que deben ser trasladados). Pero los vecinos se oponen, sobre todo los que venden alrededor del zoo sobre todo, porque creen que se van a perjudicar si los animales se van del zoológico. Nosotros hablamos con la DGB para que el Viceministerio pueda llevárselos (a los animales de tierras bajas).
¡OH! Usted ya no trabaja más en el zoológico, verdad?
Ya no trabajo en el lugar, otros son los responsables. Pero dígame, ¿se ha armado un escándalo con esto?
¡OH! No. Lo que pasa es que nos ha llegado un material, que habla de documentos de entrada de animales y de recibos que pagó el zoológico por varias especies.
La misma norma permite compensar, no comprar. Por ejemplo una persona dijo tener seis suris en Quillacas, en Salinas. Es gente que dice: “No se qué hacer, los doy al zoológico para poder venir a verlos de vez en cuando y para que la gente los conozca, pero no puedo tenerlos yo, tampoco puedo llevarlos de vuelta porque los cazadores los matan”. Entonces, nosotros dijimos: está bien, son andinos, se los puede admitir.
Tenemos actas de entrega de forma voluntaria y número de carné de las personas que entregaron esos animales. Toda esa documentación quedó ahí en la oficina.
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