A partir de pruebas con ejemplares en cautiverio y señuelos, se constató que el guepardo (Acinonyx jubatus) es capaz de rondar los 100 kilómetros por hora de velocidad máxima, mucho más que otros grandes velocistas como los caballos (68 km/h), los galgos (65 km/h) y los humanos (43,2 km/h, según el registro de Usain Bolt durante su récord del mundo de los 100 metros). Por ejemplo, Sarah, una hembra del Zoo de Cincinnati, llegó a correr el año pasado a 98 km/h y cubrió los 100 metros en 5,95 segundos.
El informe de la Universidad de Londres devela que, además de la velocidad y aceleración, el guepardo tiene una facilidad de movimiento que ya quisiera cualquier depredador. Según explica Alan Wilson: El guepardo es muy rápido gracias a “unos músculos muy poderosos, unas fuertes garras que le proporcionan sujeción al suelo y una espalda muy flexible para mantener los pies en la tierra mientras maniobra”.
Para conocer la velocidad y aceleración de los felinos salvajes, los expertos les colocaron unos collares de carga solar, capaces de rastrear y medir la velocidad. Los sujetos de estudio fueron cinco guepardos silvestres en Botswana.
Entre 367 piques registrados, ninguna corrida alcanzó los 100 km/h, pero esto se debe a que seguramente las presas que buscaban no eran tan rápidas. Lo que sí sorprendió fue la increíble capacidad de acelerar y frenar en pocos segundos. Esto encantó a los científicos que ya estudian a cabalidad el cuerpo del guepardo para obtener ideas y poder diseñar un súper robot capaz de correr a velocidades similares a las del increíble y perfecto guepardo.
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