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miércoles, 12 de junio de 2013

La londra, la nutria más grande del mundo

La londra (Pteronura brasiliensis), es la nutria más grande del mundo, puede medir hasta dos metros desde la punta de la nariz hasta la cola y pesar hasta 32 kilos. Es también uno de los mamíferos más amenazados en América del Sur, por ello es una especie “En peligro de extinción”. Gigante de los ríos, la londra se ha convertido en los últimos años en una de las atracciones más populares de la vida silvestre.

Especie carismática y social

Su comportamiento diurno, su carisma y el reto de su conservación hacen del animal en emblema de muchos emprendimientos turísticos y programas para la conservación de la Amazonia.

La londra es un animal semi-acuático, muy social que vive en grupos de cinco hasta 10 individuos. La parte dorsal de su piel es de color marrón intenso y cada individuo tiene una mancha blanca en la garganta con un diseño único que hace que cada londra se puede diferenciar de la otra.

La londra es un gran carnívoro, que consume mayormente peces, pequeños mamíferos y anfibios. Es uno de los grandes predadores de los bosques tropicales. Habita en diferentes tipos de sistemas acuáticos, como ríos, arroyos, bahías, pantanos y lagunas. En Bolivia, la londra se encuentra en la cuenca del río Iténez, de los ríos Madre de Dios y Beni y en el pantanal boliviano.

En peligro de extinción

En los años 1970, la especie ha llegado casi al borde de la extinción y es considerada hoy en día como una especie “En Peligro de Extinción” a nivel de Sudamérica y en Bolivia. Sigue siendo una especie rara en Bolivia y la cuenca del río Iténez ha sido señalada como el principal bastión para las poblaciones de londras, lo que confiere al lugar un alto grado de importancia para asegurar la conservación de la especie a nivel mundial. Los datos colectados por diversos investigadores a lo largo del país sugieren una recuperación relativamente exitosa de las poblaciones de londra en comparación con otros países, especialmente para el caso de la cuenca del Iténez.

Sin embargo, este proceso de recuperación se da muy lentamente para un animal de estas proporciones y recae principalmente en el compromiso de preservar y mantener la calidad de los ecosistemas acuáticos en el país y en el mundo.

Además de la londra, la cuenca del Iténez alberga muchas especies emblemáticas de gran importancia para la conservación de los ecosistemas acuáticos, tales como el bufeo boliviano, el caimán negro, la tataruga o el pacú.

El río Iténez, un paraíso para la londra

La cuenca del río Iténez, compartida entre Bolivia y Brasil, representa una de las regiones más ricas y diversificadas de toda la Amazonia. Por su posición geográfica, recibe tanto las influencias del escudo brasilero como de las llanuras del Beni (Bolivia), lo que genera una elevada heterogeneidad de hábitat y una fauna acuática peculiar. Entre otras especies, se encuentra la londra o nutria gigante, uno de los animales emblemáticos de la cuenca.

Especie altamente carismática, estrella del ecoturismo amazónico, la londra ha encontrado un refugio en el Iténez. En el siglo XX, la nutria gigante fue severamente cazada por su piel y pasó a ser la tercera especie carnívora más explotada por el comercio de pieles. En esta época, la población de londras sufrió un verdadero desplome. En 1973, la especie fue inscrita en el Convenio Internacional sobre el Tráfico de Especies Animales Salvajes (Cites) y, finalmente, protegida en 2002.

“En 1998, había solo cinco registros de londra en todo Bolivia, la especie casi había desaparecido de nuestro país. Cuando fuimos a estudiar las londras en el parque Kempff en el Iténez, constatamos que las poblaciones se habían mantenido en el lugar y que se recuperaron muy fuerte allá” explica Paul Van Damme, director del Instituto de Investigaciones Aplicadas de los Recursos del Agua - Faunagua y co-editor del libro “Aguas del Iténez o Guaporé”.

En el río San Martín, afluente del Iténez, los científicos observaron que, entre 2004 y 2007, el número de londras aumentó de 34 a 55 individuos. “La cuenca del Iténez es el hábitat ideal para la londra, con aguas claras y muchos peces. El Iténez, con el parque nacional Noel Kempff, es el bastión más grande de toda la Amazonia para las londras”, señala Van Damme.

Nuevas amenazas

Si bien ahora la caza de la londra está prohibida, aparecen nuevas amenazas para este gracioso animal, como la degradación del ambiente acuático. “La parte boliviana está conservada, pero la parte brasilera de la cuenca, no”, dice Carolina Doria, coordinadora del laboratorio de pesquerías de la universidad de Rodonia en Brasil, co-editora del libro, “y lo que ocurre en Brasil influye el lado boliviano” precisa. “Es por eso que tenemos que trabajar junto con los bolivianos. Tenemos que considerar las cuencas como un todo, no hay fronteras para los animales, los peces o los contaminantes. En los ríos, no hay fronteras para los impactos humanos”, explica Doria.

Últimamente, los científicos bolivianos y brasileros encontraron nuevos motivos de buscar un acercamiento por el tema de las represas. “Lo principal es entender los efectos de las represas, tanto del lado brasilero como boliviano, y proponer acciones de mitigación de los impactos”, explica Gislene Torrente, bióloga brasilera presente en la presentación del libro en Cochabamba. “Con las represas, Brasil y Bolivia se dan cuenta que comparten los ríos, y se ve, por fin, la necesidad de una cooperación” añade Paul Van Damme.

Publicación conjunta entre Brasil y Bolivia

El libro “Aguas del Iténez o Guaporé”, publicado por Editorial Inia en Cochabamba, describe una de las cuencas más ricas de Bolivia, refugio de la londra. Los ríos no conocen fronteras y esta publicación, conjunta entre Bolivia y Brasil, muestra que la consolidación de las relaciones científicas con países vecinos puede ser de un gran aporte para la conservación de los recursos naturales.

El libro contiene un resumen del conocimiento generado en los últimos 10 años. Se presenta una descripción del medio físico y de la biodiversidad de la cuenca, con énfasis en algas, peces, reptiles y mamíferos, realizada por los investigadores de la Unidad de Limnología y Recursos Acuáticos (ULRA) de la Universidad Mayor de San Simón y del Instituto de Investigaciones Aplicadas de los Recursos del Agua - Faunagua. Las poblaciones ribereñas también son tomadas en cuenta en una serie de capítulos que tratan sobre el manejo de los recursos acuáticos y con la participación de investigadores franceses del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) que presentan resultados relevantes sobre la situación del mercurio y sus efectos en las poblaciones locales.

Editorial Inia

La Editorial Inia, una casa editora especializada en temas científicos, publicó “Aguas del Itenez o Guaporé”, material que demuestra el aporte de colaboraciones transnacionales. El 14 de mayo, los editores brasileros y bolivianos, presentaron el libro en la Universidad Mayor de San Simón, en Cochabamba.



Cuenca del Iténez un "hotspot" de biodiversidad

En la zona fronterizada de Bolivia y Brasil, la cuenca del río Iténez es un corredor natural de vital importancia para garantizar la conectividad entre las áreas protegidas en territorio boliviano y brasileño. Alberga una alta diversidad biológica. Es un "hotspot" (punto caliente) de biodiveresidad.

Se encuentran en la cuenca del Iténez, más de 550 especies de peces con una especia característica de las aguas claras del río Iténez, el Tucunaré (Cichla pleizona) y tres especies inscritas en el libro rojo de la fauna silvestre de Bolivia por su alta vulnerabilidad: el Pacú (Colossoma macropomum), el dorado (Brachyplatystoma rousseauxii), y el pez sanguijuela (Phreatobius sanguijuela).

Las poblaciones de mamíferos acuáticos y de reptiles que se encuentran en la cuenca, como el bufeo boliviano –endémico-, (Inia boliviensis), la londra (Ptenorura brasiliensis), el lobito (londra longicaudis) y el caimán negro (Melanosuchus niger), tienen también un alto valor para la conservación.


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