Un grupo de investigadores del Instituto Max Planck de Ornitología han estudiado durante cuatro años la vida de un establo, “hogar de una colonia de murciélagos y de más moscas de las que se pudo contar”.
Querían saber en qué condiciones los primeros se comían a las segundas. El resultado fue claro: sólo las devoran cuando éstas copulan.
Ya se sospechaba que el sexo es una actividad de riesgo para especies que viven muy expuestas a sus depredadores. El estudio es la primera evidencia empírica de esta hipótesis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario