Investigadores de la Universidad de Sussex, en Inglaterra, mostraron cómo una hormiga cabezona, Pheidole megacephala, que se encuentra ante un insecto muy grande o pesado, inmediatamente vuelve a su nido marcando el sendero mediante la secreción de potentes sustancias químicas denominadas feromonas.
En forma casi instantánea, cientos de hormigas acuden al lugar donde se encuentra la fuente de alimento para ayudar a transportarla.
Los científicos creen que estos senderos químicos son los más precisos y efectivos registrados hasta ahora en ninguna especie.
Sólo las hormigas y los seres humanos tienen la habilidad de organizarse en equipos para levantar y transportar objetos muy pesados. "Cuando una hormiga encuentra algo delicioso, debe indicar el lugar a sus compañeras en forma muy rápida, porque la competencia en la selva es feroz" Tom Czaczkes, Universidad de Sussex. Si bien otras especies de hormigas utilizan huellas químicas para organizarse en grupos de recolección de alimentos, la estrategia de las hormigas cabezonas es extraordinaria, según Tom Czaczkes, el investigador que dirigió el estudio y filmó a los animales en la selva en Brasil.
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