Las termitas más viejas se sacrifican por su especie

Tweet Una investigación llevada a cabo en la Free University de Bruselas ha llegado a la conclusión de que las termitas más viejas de la especie Neocapritermes taracua, al no ser capaces de cumplir sus obligaciones como el resto, se suicidan a través de un mecanismo que rompe sus órganos internos.

A medida que las termitas envejecen, despliegan cristales que producen reacciones químicas muy tóxicas. Esto incrementa la toxicidad de la explosión. Cuando las termitas son atacadas, el insecto estalla, segregando una sustancia venenosa que se adhiere al cuerpo de sus enemigos, que los corroe poco a poco. Un mecanismo suicida muy eficaz para su especie. Para los biólogos, esto les permite “ser útiles” para su colonia.

“Las secreciones tóxicas con fines defensivos suelen estar almacenadas en las glándulas salivales, pero esta especie lleva un tipo de mochila con dos sólidos cristalinos en la parte exterior del cuerpo. Cuando la termita explota, los dos se mezclan produciendo una sustancia tóxica aun más potente”, explicó el profesor Yves Roisin.

Cómo se forman ese cristales es aún una incógnita. De momento, es el único insecto que despliega este sofisticado y peculiar método de defensa. “Hay cinco o seis especies en este género, y ésta es la única que desarrolla esta especie de mochila. Es extraño”, reconoce el profesor Yves Roisin.