Sin embargo, estos lugares deben reunir una serie de condiciones y requisitos para que funcionen legalmente y garanticen sus servicios.
El amor es la recompensa más importante de un perro. Lo expresa con sus movimientos de cola y en la compañía que le brinda a su dueño.
Las personas que valoran el cariño de sus mascotas están dispuestas a pagar para asegurar su bienestar durante su ausencia.
El precio de la estadía de un perro en este sitio oscila entre 25 y 35 bolivianos diarios, dependiendo de su tamaño, e incluye la comida. Como los hoteles de humanos, los caninos tienen también temporadas altas y bajas.
El mayor flujo de mascotas se registra durante las vacaciones de fin de año y en carnavales.
Pionero de los hoteles
El veterinario José Antonio de la Peña fue uno de los primeros profesionales en abrir un hotel para mascotas en 1990.
Ahí, junto a su clínica veterinaria, recibe a perros y otras mascotas. De la Peña indica que los requisitos para admitir a un huésped son que esté debidamente vacunado y saludable. Cuando ingresa se le brinda un cubículo individual, abrigado y limpio.
Durante las mañanas se los mantiene en el patio para que tomen sol y estén al aire libre, y durante parte de la tarde y noche permanecen en sus cubículos (habitaciones).También se realiza el servicio de baños y paseos durante su estadía.
“En cuanto a la alimentación, se debe saber qué come el animalito; pero por lo general les damos carne molida con arroz y alimento balanceado, eso les gusta a todos”, señala De la Peña, aunque reconoce que hay pedidos especiales.
No es raro para este veterinario ni para sus hijos -que se han dedicado a su misma profesión- recibir a animales que fueron atropellados o abandonados. Ellos los curan, alimentan y cuidan para luego darlos en adopción.
“Yo sabía desde los siete años mi vocación. Cuando iba a la granja de pollos de un tío me sentía tan bien que pensaba: ‘cuando sea grande quiero ser veterinario’, y lo hice realidad”, recuerda.
Un patio de juegos
Shakira, una collie, y Bebé, un perro mestizo, corretean de un lado al otro en el patio del hotel Spooky. Detrás de ambos, un cocker algo mayor ladra como si reclamara que los demás le dejen jugar. Mientras tanto, Luna cuida a varios de sus cachorros, de dos meses.
Luis Villán es el propietario de Spooky, un emprendimiento que tiene una peluquería móvil a domicilio y ofrece el servicio de hotel para perros hace dos años y medio. El lugar cuenta con un patio en donde las mascotas juegan y están la mayor parte del día.
Para la noche se ha habilitado un espacio techado con puertas y perreras exteriores, donde duermen uno o dos animales, si se llevan bien.
Los datos que se piden al momento de admitir una mascota sirven para determinar en qué se basa su alimentación, si duermen dentro o afuera de la casa, el número de paseos diarios y si están vacunados y desparasitados.
“Lo mejor de mi trabajo es el cariño incondicional, y los perros agradecen cada acto de bondad. A veces se tienen sorpresas, como cuando dejaron una doberman que dio a luz durante la noche; los dueños no nos avisaron que estaba preñada”.
Precauciones
El vicepresidente del Colegio Médico de Veterinarios de La Paz, Jaime Ergueta, manifiesta que es necesario que todos los hoteles cuenten con el registro del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), permiso de la Alcaldía y que cumplan las normas del Servicio de Impuestos Nacionales.
Por otro lado, señala que “está establecido que todos los hoteles deben estar a cargo de un veterinario, sea propietario o regente”.
Lo que debe saber antes de dejar a su mascota en un hotel
El vicepresidente del Colegio Médico de Veterinarios de La Paz, Jaime Ergueta, explica que es necesario que los hoteles de mascotas o caninos tengan registro del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), permiso de la Alcaldía y paguen los impuestos que corresponden.
“Los hoteles de mascotas tienen que estar a cargo de un profesional veterinario que esté al tanto de los síntomas y signos de las posibles enfermedades que tengan los animales por hacinamiento o situaciones de estrés”, explica.
Si los propietarios no son veterinarios, deben tener profesionales de esa área que cumplan ocho horas de trabajo en el hotel. Asimismo, en un buen hotel, las habitaciones deben tener al menos tres metros cuadrados para dos perros como máximo, se les debe dar alimento balanceado, brindar al menos dos paseos por día y un lugar amplio donde puedan jugar, además de limpieza constante. Los lugares pequeños tienden a estresar y bajar las defensas de los animales.
“Algo muy importante es que tengan todas sus vacunas al momento de ingresar al hotel para que no corran ningún riesgo de adquirir o contagiar alguna enfermedad”, finaliza Ergueta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario